Por Augusto Santillana. Abogado y analista político
Cuando la improvisación, el afán político y la ausencia de los entes contralores y fiscalizadores se juntan, sucede lo que viene sufriendo Lima; como ciudad capital y como entidad, la sobre endeudada Municipalidad Metropolitana de Lima. No se entiende como su alcalde, tan versado en grandes proyectos e inversiones, no se le haya ocurrido mejor idea que llenar de trenes viejos a la ciudad de Lima. La ciudad de los Reyes y también declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, no se merece ese trato ni consideración. Otras capitales cercanas, como Santiago o Bogotá, impulsan un sistema vial moderno y ecoamigable. Trenes eléctricos nuevos, buses articulados eléctricos, vías exclusivas para el transporte público. El transporte urbano es una política de Estado y no el antojo de medianoche por mera figuración o apetito electoral.
Al igual, en Arequipa, otra joya arquitectónica e histórica de nuestro país. Sus autoridades aún no pueden impulsar sostenidamente para el bienestar de nuestra población, un sistema planificado de nuevos intercambios viales, anillos viales y nuevas vías de evitamiento, que descongestionen el caótico tráfico vehicular. Son ya varias gestiones municipales, con más yerros que aciertos, que se han dejado desbordar con el caos vehicular de nuestra ciudad, que no tiene una solución a corto plazo. Agravado a ello, durante los dos primeros meses de 2025, se registró un crecimiento del 15% en la venta de vehículos. Alcanzando un total de 5024 vehículos menores, livianos y pesados vendidos. Desde el año 2019 al año 2024, la incorporación de vehículos livianos en Arequipa ha aumentado notablemente, con un promedio de entre 13 mil y 16 mil autos nuevos registrados cada año, según los reportes de la Asociación Automotriz del Perú (AAP).
Este crecimiento plantea un desafío para la infraestructura de transporte de Arequipa, que no está preparada para tal cantidad de vehículos. Las calles y avenidas de Arequipa ya son intransitables. Estamos hablando de un grave problema porque se pierde mucho en horas hombre y en economía cuando hay más congestión vehicular. Frente a ello, los “By pass” se anuncian como una solución. La presente gestión municipal, ha anunciado que construirá tres intercambios viales, a ser inaugurados en agosto de 2026 por 485 Aniversario de Arequipa. El primero estará al ingreso de Ciudad Municipal en Cono Norte, el segundo en la intersección de la Av. Metropolitana con calle Grande, y el último en la calle Colón con Guardia Civil. A decir de los técnicos, solo será un paliativo sectorial y no una solución integral al problema.
Para el especialista en temas de transporte urbano, Elvis Jump, se debe priorizar en el corto plazo una red moderna de semaforización en los principales corredores viales y avenidas principales de Arequipa. Esta red de semáforos debería implicar una temporización de 40, 50 y 60 segundos con un monitoreo simultáneo que brinde “oxigeno” a las horas críticas donde se agrava el tráfico vehicular. Es cierto que las vías que cuentan con semáforos, el tránsito fluye y descongestiona. Pero no hay una supervisión permanente que vigile su mantenimiento constante y adecuado funcionamiento en la ciudad. Y eso es competencia funcional de la MPA coordinada con los municipios distritales. Por lo que, reforzar un trabajo más técnico, ayudaría sustancialmente.
A esto último, abona lo señalado por el regidor provincial, José Suárez Llerena, Presidente de la Comisión de Transporte. Este indicó en un estudio que ha realizado, que Arequipa se encuentra entre las ciudades con la peor señalización vial del Perú. “La señalización en Arequipa, es deficiente, inadecuada o totalmente ausente en varios tramos clave de la ciudad”. Esto es grave, muchos accidentes de tránsito se evitarían solo con una buena señalización.
Pero existe un descuido total por parte de los alcaldes. No le dan el mantenimiento periódico a la señalización vial de sus calles y avenidas. Los reductores de velocidad o “rompemuelles” son justamente eso, porque ni se ven por no estar pintados o no cumplen con las dimensiones técnicas. Mucho ayudaría a descongestionar el tránsito vehicular, dar atención a estos aportes, pues son de corto plazo y no requieren gran inversión en tanto se cristalicen los proyectos de mayor dimensión. De lo contrario corremos el riesgo que algún iluminado nuevo alcalde nos regale -para nuestro lamento- otra “donación de trenes viejos”. Tomemos debida nota.