Desde Washington, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó que solo accederá a un alto el fuego permanente en Gaza si Hamas es completamente desmilitarizado y excluido del control político del enclave palestino. La exigencia será parte de las condiciones que Israel presentará durante la tregua de 60 días impulsada por mediadores internacionales, mientras continúan conversaciones indirectas en Doha.

La declaración fue emitida tras su reunión con el presidente Donald Trump. En un video comunicado, Netanyahu subrayó que Hamas debe entregar sus armas y ceder toda capacidad de gobierno. “Al inicio del alto el fuego, iniciaremos negociaciones para poner fin definitivo a la guerra”, señaló. Sin embargo, advirtió que si en ese plazo no se llega a un acuerdo, Israel recurrirá a la fuerza militar “sin reservas”.

El pacto en discusión contempla una pausa humanitaria a cambio de liberar a la mitad de los 20 rehenes israelíes aún vivos en Gaza. A la par, las partes discutirían una salida duradera, en la que la desmilitarización será el eje central. Si no se alcanza consenso, la tregua podría extenderse.

Netanyahu justificó la prolongación de la operación militar por la presencia de “miles de combatientes armados” y la calificó como “una de las más brillantes de la historia”. Afirmó que su prioridad sigue siendo la liberación de los secuestrados.

Desde Viena, el canciller israelí Gideon Saar declaró que Israel aceptaría el exilio para los líderes de Hamas, en un esquema similar al de la OLP en 1982. Rechazó además entregar Gaza a la Autoridad Palestina, por carecer de respaldo popular.

Saar negó cualquier plan de expulsión forzosa de civiles palestinos. Afirmó que los desplazamientos internos responden a medidas de seguridad y que solo serán permanentes si otros países aceptan recibirlos.

Actualmente, se estima que 50 rehenes permanecen en Gaza.

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