Después de meses de gestiones, la Contraloría General de la República concretó la reubicación de más de mil equipos biomédicos y mobiliario clínico hacia el hospital de Camaná, cuya obra se mantiene paralizada. Este hecho marca el primer paso de una política de control con enfoque preventivo, en coordinación con el Gobierno Regional de Arequipa, que busca poner en uso recursos almacenados en proyectos inconclusos para mejorar la atención en salud pública.
La historia comenzó en febrero, cuando la Contraloría General propuso alternativas legales para evitar que el equipamiento de hospitales paralizados continuara en desuso. El hospital de Camaná, junto con los proyectos detenidos de Chala, Cotahuasi y Maritza Campos, acumulaba ventiladores, ecógrafos y mesas quirúrgicas sin ser utilizados. Hoy, gracias a estas gestiones, los equipos ya se encuentran en camino a atender a miles de ciudadanos.
La entrega inicial incluyó equipos para emergencias, UCI, pediatría y medicina general, así como mobiliario clínico: camillas, escritorios, sillas de ruedas y biombos. Con esta acción, se busca no solo reducir la brecha en servicios médicos, sino también garantizar que los recursos públicos no se pierdan entre almacenes y burocracia.
Samuel Rivera Vásquez, gerente regional de Control, destacó que esta es una muestra del nuevo enfoque que promueve la Contraloría: “No solo fiscalizamos, también proponemos soluciones preventivas. Es inaceptable que equipamiento nuevo permanezca inutilizado mientras hay establecimientos de salud que lo necesitan con urgencia”.
La iniciativa no termina aquí. Rivera adelantó que en los próximos días el hospital Maritza Campos también recibirá parte del equipamiento almacenado. El objetivo es claro: poner en funcionamiento lo que ya se compró, devolverle valor a la inversión pública y brindar mejores servicios médicos a los arequipeños.