Por Huber Valdivia Pinto. Asesor y Consultor
En Arequipa ya no sorprenden los anuncios sobre proyectos agrícolas que subestiman la experiencia de los agricultores y de las instituciones que aún confiamos en que los proyectos se concreten. La agricultura y la minería, pilares del desarrollo regional, siguen siendo tratadas con improvisación y falta de seriedad.
Majes III: sin sustento técnico
El reciente anuncio del MIDAGRI sobre una supuesta tercera etapa del proyecto Majes-Siguas —Majes III— ha generado desconcierto. Se habla de adjudicar 23,000 hectáreas, pero no se explica de dónde saldrá el agua ni cómo se transportará. El proyecto original, propuesto por el ingeniero Carlos W. Sutton en 1945, contemplaba dos fases claras:
- Fase I: Condoroma, con 260 millones de m³ para irrigar 23,000 hectáreas (culminada en 1985).
- Fase II: Angostura, con 1,140 millones de m³ para irrigar 38,500 hectáreas, aún en espera.
Toda la infraestructura hidráulica actual —canales, túneles, bocatomas— fue diseñada para un caudal máximo de 34 m³/s. Esta capacidad no permite incrementar la demanda sin modificar toda la infraestructura existente, lo cual requeriría inversiones millonarias entre 4,000 y 5,000 millones de dólares.
Proponer ahora la represa de Sibayo como alternativa a Angostura —cuando ya fue descartada por estudios previos— demuestra ignorancia técnica. Incluso se menciona que presenta problemas de cimentación y suelos altamente permeables. ¿Acaso pretenden también embalses en Sañu, Cayomani o Palca? ¿Cómo trasladarán el agua hacia Siguas? Nada está claro.
Majes Siguas II: promesas sin rumbo
Mientras tanto, Majes II sigue sin avances concretos. Las versiones se contradicen semana tras semana: que se venderá la concesión, que hay empresas interesadas, que se aplicará un nuevo modelo contractual, que se retomarán obras en 2026, que habrá arbitraje, o que se intervendrá con apoyo internacional. ¿Cuál es el camino definitivo? Nadie lo sabe.
Las autoridades ofrecen titulares y fechas sin respaldo técnico ni financiero, mientras el proyecto sigue paralizado, generando frustración y desconfianza.
Alto Huayrondo: cambio repentino y cuestionable
En mayo, el MIDAGRI incluyó la represa Tambo Alto en su listado de “proyectos emblemáticos”. Pero en junio, sorpresivamente, el ministro mencionó otra represa: Alto Huayrondo, ubicada en el valle de Tambo, dejando de lado el proyecto original.
Huayrondo tendría una capacidad de 50 millones de m³, una altura de 125 metros y un presupuesto de 197 millones de dólares, incluyendo túnel y canal de derivación. Pero hace más de 20 años esa represa fue evaluada y descartada por sus condiciones geológicas desfavorables: permeabilidad del vaso, depósitos coluviales de hasta 100 metros de profundidad, y riesgos de filtración.
Si se trata de la misma represa, ¿por qué insistir en un diseño ya rechazado? ¿Se trata acaso de una nueva ubicación con el mismo nombre? Si no hay claridad, el riesgo de repetir errores es alto.
Además, con una inversión de 197 millones para irrigar menos de 10,000 hectáreas, el costo supera los 20,000 dólares por hectárea, un monto considerable para un proyecto sin estudios definitivos ni garantías de viabilidad.