El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió este viernes que el modelo de distribución de ayuda humanitaria implementado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) “militariza la asistencia” y pone en riesgo la vida de los civiles palestinos. “La gente muere por simplemente intentar alimentarse. Recoger alimentos nunca debería ser una condena a muerte”, declaró.
Desde marzo, Israel impuso un bloqueo total sobre Gaza. La apertura parcial llegó recién a fines de mayo, cuando la GHF —apoyada por Israel y Estados Unidos— inició la entrega de suministros con logística a cargo de contratistas armados. Según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, casi 550 personas han muerto y más de 4.000 han resultado heridas en las colas para acceder a alimentos.
La ONU ha rechazado participar en esta operación por considerarla insegura y por dudas sobre su imparcialidad. “Cualquier modelo que canalice a civiles desesperados hacia zonas controladas por fuerzas armadas no es humanitario. Es una trampa mortal”, dijo Guterres.
El organismo internacional denunció además que la instalación de estos centros de ayuda ha forzado el desplazamiento de miles de personas, empujándolas a abandonar zonas aún habitadas por temor a quedar aisladas del acceso a comida o medicinas. “Hay una crisis humanitaria de proporciones aterradoras, agravada por un esquema que no protege a los más vulnerables, sino que los expone”, remarcó el titular de la ONU.
Pese a la presión internacional, tanto EE. UU. como Israel insisten en que la GHF es una vía efectiva para ingresar ayuda, aunque no han respondido a las acusaciones de violaciones al principio de neutralidad humanitaria. La ONU no descarta nuevas acciones diplomáticas.