Un deslizamiento de tierra provocado por lluvias intensas dejó al menos 16 muertos y 8 desaparecidos en el sector de Granizal, en la frontera entre Medellín y Bello, Antioquía. La tragedia ocurrió la madrugada del martes 24, cuando una quebrada colapsó y arrastró consigo varias viviendas ubicadas en una ladera habitada por cientos de familias.
Según testimonios recogidos por autoridades locales, luego de las lluvias se escuchó un estruendo. La tierra cedió y se desplomó sobre un grupo de casas construidas de manera informal. La mayoría de las víctimas se encontraba durmiendo.
El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, confirmó que se han recuperado 16 cuerpos y continúan las labores para ubicar a los desaparecidos. “Los rescatistas trabajan en condiciones muy complejas. La tierra sigue inestable y hay riesgo de nuevos deslizamientos”, señaló.
La alcaldesa de Bello, Lorena González, declaró en emergencia a la zona afectada. Unas 1.000 personas fueron evacuadas y trasladadas a albergues temporales habilitados por Defensa Civil y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Según esta última institución, la temporada de lluvias ha afectado ya a más de 120.000 familias en todo el país.
En el sitio del derrumbe, brigadas de rescate del Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja y el Ejército escarban entre los escombros y la tierra con la esperanza de hallar sobrevivientes. No se ha precisado cuántas viviendas quedaron sepultadas.
La Fiscalía General inició una investigación preliminar para determinar si existió omisión por parte de las autoridades municipales en la advertencia sobre riesgos geológicos en la zona, considerada de alta vulnerabilidad desde hace más de una década.
Mientras tanto, familiares de los desaparecidos permanecen a un costado de la montaña, en silencio, esperando. Las lluvias continúan.