Una lluvia de misiles cayó sobre Israel en la madrugada del viernes tras un ataque masivo lanzado por Irán. Entre las ciudades alcanzadas estuvieron Tel Aviv, Jerusalén y Ashkelon, donde viven ciudadanos peruanos. John Guerra y Jaim Zleoczover relataron con angustia cómo sobrevivieron refugiándose durante las explosiones y describieron un país en alerta constante.
John Guerra, médico en Ashkelon, recibió una alerta roja en su celular mientras dormía. Minutos después, el hospital donde trabaja lo llamó para evacuar pacientes al sótano. Su hija, desde otra ciudad, le suplicaba que no saliera del refugio. “Aquí no tienes mucho tiempo para pensar, apenas suena la alarma tienes que correr”, cuenta. En su casa, el refugio está en el jardín y bajar desde el cuarto piso se vuelve una carrera contra el tiempo.
Jaim Zleoczover, otro peruano en Israel, explicó que durante el bombardeo permaneció por casi una hora en el refugio, entrando y saliendo entre dos rondas de misiles. “Fueron unos 150 misiles. Algunos cayeron en zonas civiles y militares”, dijo. Vive a solo dos kilómetros de donde impactaron fragmentos de cohetes interceptados, mientras otros lograron causar daños directos en viviendas.
Ambos describen un país donde hasta los paraderos en las carreteras están adaptados como refugios. “Una vez me agarró un ataque en la autopista. Gracias a Dios, había un refugio cerca”, recordó Guerra. En edificios altos, solo hay diez segundos para llegar al cuarto blindado desde que suena la alarma. Muchos refugios están dentro de los departamentos, reforzados con puertas especiales.
La Cancillería peruana recomendó evitar viajes a Israel y países vecinos, mantenerse informados por canales oficiales y preparar planes de evacuación. También exhortó a seguir las instrucciones de las autoridades locales y confirmó su disposición para brindar asistencia consular a quienes enfrenten riesgos en esta nueva escalada militar en Medio Oriente.