Irán anunció maniobras militares a gran escala para preparar su sistema de defensa ante la creciente amenaza de un ataque por parte de Israel y Estados Unidos. El jefe del Estado Mayor, Mohamad Bagheri, aseguró que estos ejercicios —fuera del calendario anual— buscan responder a movimientos de “adversarios regionales”. Mientras el gobierno de Teherán afirma estar listo para “una guerra a cualquier nivel”, Washington evacuó personal no esencial de su embajada en Bagdad y alertó sobre un posible conflicto masivo.
El anuncio iraní coincide con declaraciones del comandante de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami, quien advirtió que cualquier agresión tendrá una respuesta inmediata. El presidente Masoud Pezeshkian también se sumó al mensaje de firmeza, recordando que Irán resistió una guerra de ocho años contra Irak con respaldo extranjero. En paralelo, fuentes de inteligencia informaron que el gobierno iraní ya tiene listo un plan de contraataque con cientos de misiles balísticos contra Israel si se confirma una ofensiva.
Desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump reconoció que un ataque israelí a instalaciones nucleares iraníes “podría suceder”, aunque descartó que sea inminente. Aun así, su administración ordenó evacuar a diplomáticos y familiares de la embajada en Irak por razones de seguridad. El Comando Central estadounidense advirtió que monitorea de cerca la escalada en Medio Oriente. Mientras otras sedes en la región, como Baréin y Kuwait, continúan operativas.
Trump aseguró que prefiere evitar el conflicto, pero sostuvo que Irán deberá ceder en las negociaciones sobre su programa nuclear si desea una solución pacífica. “No pueden tener un arma nuclear, lo digo con firmeza”, afirmó. Aseguró además que ha habido avances en las conversaciones, aunque aún no hay garantías de un acuerdo. La retórica estadounidense sigue apostando por la presión máxima, mientras Irán refuerza su postura defensiva y advierte que responderá a cualquier provocación.
Las tensiones se remontan a octubre de 2024, cuando Israel lanzó la operación ‘Días de Arrepentimiento’ y bombardeó territorio iraní en represalia por ataques aéreos previos. Cuatro militares iraníes murieron entonces. Desde ese episodio, ambas partes han intensificado su retórica bélica. El despliegue militar anunciado por Teherán marca una nueva fase de confrontación abierta. Mientras la comunidad internacional teme un conflicto de gran escala en la región más volátil del mundo.