Ana María Choquehuanca, exministra y excandidata arequipeña y actual vicepresidenta del directorio de la Sociedad Eléctrica del Sur Oeste (SEAL), asistió a un evento organizado por la Red de Mujeres de la UPLA, donde el partido Fuerza Popular fue anfitrión. Su aparición pública junto a lideresas fujimoristas como Diana Gonzales abre dudas sobre sus reales intereses políticos rumbo a las elecciones del 2026.
En la imagen difundida se ve a Ana María Choquehuanca sonriente, flanqueada por representantes de Fuerza Popular. El gesto no parece casual. En tiempos preelectorales, los acercamientos estratégicos suelen hablar más que los discursos. Y esta fotografía sugiere un guiño que incomoda.
Su paso por la política regional no ha dejado mayores huellas. Sin obras ni liderazgo visible, Choquehuanca mantiene presencia solo en apariciones que parecen cuidadosamente calculadas. El objetivo parece claro: reposicionarse en el tablero nacional sin importar el costo.
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El fujimorismo, sin cuadros nuevos ni una narrativa renovada, busca rostros que le sumen presencia. Y Choquehuanca, sin militancia partidaria clara, no duda en sumarse. El pragmatismo supera cualquier recuerdo de oposición o diferencia ideológica.
¿Hay convicciones o solo supervivencia política? La brújula ideológica se ha perdido. Y muchas figuras muestran que están dispuestas a aliarse con quienes antes criticaban, si eso significa mantenerse en carrera. Otro problema es que Choquehuanca debería mantenerse neutral en estos momentos, puesto que ya estamos en plena carrera electoral, y los funcionarios públicos, como ella, están prohibidos de hacer proselitismo. ¿Hará algo el Jurado Nacional de Elecciones?