La desnutrición aguda infantil en Gaza se disparó tras el fin del alto el fuego en marzo. Un informe del grupo de nutrición de la ONU y organizaciones humanitarias señala que casi el 6 % de los menores evaluados en mayo muestran signos de desnutrición. La cifra es casi tres veces mayor que la registrada en febrero, cuando aún circulaba ayuda humanitaria con relativa libertad.
El informe, publicado este jueves, se basa en un análisis de casi 50.000 niños menores de cinco años examinados durante la segunda mitad de mayo. Revela que el 5,8 % presenta desnutrición aguda, frente al 4,7 % registrado a inicios del mismo mes. El reporte advierte también sobre un aumento en los casos de desnutrición aguda grave, una condición que pone en riesgo la vida de los niños al debilitar su sistema inmune.
La situación empeora por el cierre de centros médicos en el norte de Gaza y en Rafah. Muchos de estos centros especializados dejaron de operar por falta de suministros, daños durante los bombardeos o ataques directos. Israel acusa a Hamás de usar instalaciones médicas con fines militares, algo que el grupo niega. La consecuencia directa es que miles de niños han quedado sin acceso a tratamiento nutricional vital.
En paralelo, al menos 29 personas murieron por inanición el mes pasado, según un ministro palestino. Médicos Sin Fronteras denunció que algunos profesionales en Gaza han donado su propia sangre para salvar vidas. Esto ocurrió después de que decenas de palestinos fueron tiroteados al intentar conseguir alimentos. La ayuda humanitaria sigue sin llegar con fluidez al enclave, pese a esfuerzos internacionales.
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Desde el fin del alto el fuego de dos meses en marzo, Israel mantuvo un bloqueo de 11 semanas sobre la entrada de ayuda. Aunque el ingreso se reanudó parcialmente, Tel Aviv continúa controlando los suministros y acusa a Hamás de apropiarse de ellos. El grupo lo niega. Mientras tanto, la inseguridad y los tiroteos cerca de los puntos de distribución complican aún más el reparto de asistencia.