Dina Boluarte dejará nuevamente el país. El Congreso autorizó su salida del 7 al 11 de junio para participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano en Francia y reunirse con Emmanuel Macron. Será su tercer viaje internacional en apenas dos semanas. Durante su ausencia, gobernará de manera remota, como ya lo ha hecho antes, amparada en la ausencia de vicepresidentes.

El permiso fue aprobado por el Congreso con 50 votos a favor, 32 en contra y 2 abstenciones. Según el Ejecutivo, la invitación del presidente Macron llegó en abril. En esa conversación telefónica, además de la cumbre, se trató el respaldo de Francia al ingreso del Perú a la OCDE y otros temas como defensa y lucha contra el crimen organizado.

La visita a Francia se suma a las giras previas. En mayo, Boluarte estuvo en el Vaticano, donde se convirtió en la primera presidenta peruana recibida por el papa León XIV. Luego viajó a Quito para asistir a la toma de mando de Daniel Noboa. La seguidilla de viajes ha generado críticas desde sectores del Congreso y la opinión pública.

El jefe del Gabinete, Eduardo Arana, defendió el viaje: “La presidenta cumple con una política de Estado y una obligación constitucional”. También aseguró que el país obtendrá beneficios concretos tras la visita. Desde el Legislativo, algunas congresistas incluso solicitaron unirse a la comitiva oficial, como Heidy Juárez y Janet Rivas.

En abril, el Congreso le negó un permiso similar. Se trataba del viaje a las exequias del papa Francisco en El Vaticano. En esa ocasión, el rechazo se produjo en medio de críticas por la inseguridad y las extorsiones en el país. Entonces, el expremier Gustavo Adrianzén calificó la decisión como injusta y politizada: “No era un viaje de placer”.