Las protestas se reactivaron este lunes 2 de junio en Bolivia con bloqueos promovidos por sectores afines al expresidente Evo Morales. Esto en medio de una creciente crisis económica y desabastecimiento de combustible. Aunque oficialmente se ha descartado una nueva postulación de Morales, las movilizaciones ahora se concentran en exigir la renuncia del presidente Luis Arce. A este se le acusa de no tener capacidad para afrontar la situación del país. El Gobierno sostiene que los bloqueos buscan boicotear las elecciones presidenciales del próximo 17 de agosto.

El ministro del Interior, Roberto Ríos, informó que se bloquearon al menos nueve puntos en Cochabamba e indicó que los organizadores buscan desestabilizar el proceso electoral. “Esta es una actitud vil que afecta directamente a la economía de las familias bolivianas”, declaró. Ríos también cuestionó que la movilización tenga como trasfondo reinstalar a Evo Morales en el escenario político. Esto pese a estar inhabilitado por la justicia y sin un partido reconocido legalmente. Morales intentó postularse sin éxito a través de agrupaciones como el FPV y Pan-Bol, pero ambas perdieron su personería jurídica tras los comicios de 2020.

Desde el movimiento ‘Evo es Pueblo’, el vocero Omar Ramírez aclaró que ya no buscarán la candidatura de Morales. Pero insistió en que las organizaciones sociales continuarán presionando por la salida de Arce. “Eso ya quedó atrás. Ahora el objetivo es que Luis Arce se vaya. No tiene un plan económico ni propuestas concretas”, afirmó. La Confederación de Choferes anunció un paro de 24 horas para este martes 3 de junio, mientras que grupos campesinos y vecinales se preparan para más bloqueos en La Paz, Sucre y El Alto en los próximos días.

El malestar se ha extendido a sectores afectados directamente por la crisis. Las filas por combustible se han vuelto comunes en distintas ciudades y los precios de productos básicos siguen en alza, alimentando la tensión social. La organización Ponchos Huayrurus prepara una marcha con cacerolas, mientras que la Central de Trabajadores Campesinos Quechuas anunció cortes en la ruta Sucre-Potosí. Las protestas también reflejan la pérdida de cohesión del MAS, partido fundado por Morales, del que el expresidente se ha distanciado para formar su propio bloque político.

La fractura entre Morales y Arce es cada vez más visible y se arrastra desde 2021, cuando se agudizaron las diferencias por el control del Gobierno y del MAS. La crisis actual tiene su origen en las disputas internas del oficialismo tras la renuncia de Morales en 2019, que desató una ola de inestabilidad. Aunque el Gobierno de Arce insiste en que mantiene el control del país, las protestas masivas y los llamados a su renuncia evidencian una debilidad política cada vez más crítica.