Con una misa solemne y un acto cívico en la plaza principal, el distrito de Cayma rindió homenaje a Juan Domingo Zamácola y Jáuregui, a 202 años de su fallecimiento. El recordado párroco, que sirvió durante 46 años en la parroquia San Miguel Arcángel, es considerado el personaje más importante de la historia local por su contribución a la educación, la infraestructura urbana y el bienestar de los más pobres.
Zamácola fundó escuelas para niños sin recursos, apoyó a artesanos como tejedores, zapateros y plateros, y promovió el desarrollo de industrias locales. También diseñó los planos urbanos de Cayma, trazó canales de riego que siguen operativos en distritos vecinos y reconstruyó la parroquia tras los terremotos. Su legado material y espiritual sigue marcando la identidad de la zona.
La ceremonia incluyó el izamiento del Pabellón Nacional, ofrendas florales ante su busto y un desfile institucional en el que participaron escolares, exalumnos y delegaciones educativas. En su discurso, el alcalde Juan Carlos Linares pidió que las futuras celebraciones por el bicentenario de Cayma tengan como eje la figura de Juan Domingo Zamácola y su ejemplo de vida.
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El obispo auxiliar Raúl Chau recordó su compromiso con los más necesitados y destacó su producción intelectual, una de las más relevantes de su tiempo en el sur andino. El homenaje, más allá del protocolo, buscó revalorar el legado de un hombre que pensó en el bien común y sentó las bases del desarrollo urbano y social del distrito.