La Municipalidad Distrital de Cerro Colorado parece haberse convertido en un nido de corrupción. En la Contraloría General de la República (CGR) obra una denuncia por presuntos delitos de tráfico de influencias, colusión agravada, conflicto de intereses, favorecimiento y direccionamiento de contrataciones públicas. Todo apunta a un faenón en una licitación del año 2024.

La acusación también involucra al alcalde del distrito, Manuel Vera Paredes, y al gerente municipal, Antonio Acosta Villamonte. Ambos funcionarios son señalados por avalar y autorizar la contratación de un servicio de esterilización de canes en la jurisdicción, presuntamente de manera direccionada, lo que evidenciaría una posible complicidad en los hechos de corrupción durante el proceso.

Direccionamiento a la vista

Todo comenzó el 13 de septiembre de 2024, cuando la comuna cerreña convocó el proceso de selección Adjudicación Simplificada N.º 43-2024-MDCC, por el servicio de esterilización de canes, valorizado en 160 mil soles. El objetivo era frenar el incremento de jaurías callejeras.

Para participar, los postores debían acreditar un monto facturado acumulado equivalente al valor referencial del proyecto (160 mil soles). En el caso de micro y pequeñas empresas (Mype), la experiencia mínima requerida era de 40 mil soles en servicios similares. Es decir, los participantes debían demostrar experiencia previa en servicios equivalentes por los montos establecidos, según su categoría.

Empresa creada con un capital de apenas mil soles se alzó con una licitación de 160 mil soles.

Para sorpresa de muchos, el Grupo Empresarial JCLL E.I.R.L., cuyo titular es José Carlos López Luque, ganó la licitación. Sin embargo, no cumplía con los requisitos establecidos en las bases del concurso. No acumulaba la experiencia exigida, ya que nunca antes había contratado con instituciones públicas o privadas ni ofrecido servicios similares (esterilización).

Aun así, el comité de selección, integrado por Ana Cecilia Choque Santos, subgerente de Logística, y los miembros titulares Andrés Teodoro Benavente Ramos y Guillermo Humberto González Aparcana, prosiguió con el proceso. Por ello, se presume que habrían actuado de forma coludida para favorecer a una empresa sin experiencia en contrataciones.

El privado no tiene ningún tipo de experiencia y se constituyó un mes antes de ganar el concurso público.

Creada para licitar

La falta de experiencia del postor debió dejarlo fuera de carrera, pero ocurrió lo contrario. Las sospechas de direccionamiento aumentan al revelarse que la empresa habría sido creada exclusivamente para adjudicarse la licitación promovida por la gestión del alcalde Vera Paredes.

Según la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (SUNAT), el Grupo Empresarial JCLL E.I.R.L. inició actividades el 1 de julio de 2024 y fue registrado como proveedor el 6 de agosto del mismo año, apenas un mes antes del concurso. Sin embargo, recién fue autorizado para emitir comprobantes de pago electrónicos a partir del 6 de noviembre de 2024, cuando ya había ganado la buena pro y brindado los servicios a la Municipalidad de Cerro Colorado.

Lo más preocupante es que tampoco contaba con el capital necesario para prestar un servicio de tal magnitud. Revelación.pe accedió a la ficha de inscripción de la empresa en SUNAT, con Partida Registral N.º 11587471, donde se indica que inició sus operaciones con un capital de apenas mil soles, aportado por el propio José Carlos López Luque. En síntesis, no tenía financiamiento. Con estas evidencias, surge la hipótesis de un proceso amañado.

Coincidentemente, inició actividades justo antes de concursar por la licitación y al parecer tiene actividades económicas muy versátiles.

Ante estos hallazgos, este medio buscó una entrevista con el alcalde de Cerro Colorado o algún funcionario autorizado, a través del área de Imagen Institucional. Al cierre de este informe, no se obtuvo respuesta por parte de la gestión municipal.

Por su parte, el regidor Alonso Ranilla Barrios señaló a este medio que el tema se puso en conocimiento del Pleno de regidores durante una sesión ordinaria, pero los concejales también guardaron un silencio cómplice.