La primera ronda de negociaciones directas entre Rusia y Ucrania desde 2022 concluyó este viernes en Estambul sin avances concretos hacia el alto al fuego. El encuentro, que duró apenas dos horas, finalizó con la imposición de nuevas condiciones por parte de Moscú, que Kiev tildó de «inaceptables», pero también con el anuncio de un intercambio simultáneo de mil prisioneros de guerra por cada bando.

El punto de mayor tensión lo marcó la exigencia rusa del retiro de tropas ucranianas de zonas actualmente ocupadas por sus fuerzas, condición que funcionarios de Kiev rechazaron de plano. “Nuestra prioridad sigue siendo un alto el fuego sin condiciones”, declaró Andrii Yermak, jefe de gabinete del presidente Volodímir Zelensky.

A pesar del desencuentro, los jefes de las delegaciones —Vladímir Medinski por Rusia y Rustem Umerov por Ucrania— confirmaron públicamente que se discutió la posibilidad de un encuentro directo entre los presidentes Vladímir Putin y Zelensky. Esta reunión, aunque sin fecha ni sede definida, se plantea como una última carta para destrabar un conflicto que ya supera los dos años de duración.

Desde Moscú, Medinski consideró que la ronda “dejó una impresión positiva” y que Rusia “está dispuesta a mantener el diálogo”, en línea con la voluntad del Kremlin de “discutir las causas fundamentales del conflicto”. No obstante, la ausencia de Putin el jueves 15 en Ankara —donde Zelensky lo esperaba para un cara a cara— generó suspicacias. “Ningún miembro de esa delegación rusa tiene poder real de decisión”, declaró el presidente ucraniano.

Te puede interesar: Rohel Sánchez ahora defiende posible retorno de la empresa Cobra

Mientras tanto, líderes de Francia, Alemania, Reino Unido y Polonia se reunieron con Zelensky en Tirana. Emmanuel Macron pidió aumentar la presión internacional: “Moscú no da señales de buscar la paz”, declaró. Desde Washington, el secretario de Estado Marco Rubio sostuvo que no espera avances hasta que Putin y Donald Trump se reúnan. El expresidente estadounidense manifestó estar “listo” para intervenir si se lo convoca.

El canje de prisioneros, el mayor desde el inicio de la invasión rusa, fue interpretado como un gesto humanitario y una señal de que aún existe un canal diplomático activo. No obstante, el estancamiento persiste mientras las condiciones impuestas por el Kremlin chocan con la firmeza ucraniana.