Las personas en abandono también merecen un trato humanitario. Y ese debería ser uno de los fines de la Beneficencia Pública de Arequipa, dirigida por Augusto Arce Paredes. Pero ello no sucede en el Centro de Atención Residencial (CAR) Las Mercedes (ex-Chilpinilla) para personas con trastornos mentales crónicos. La Contraloría General de la República ha identificado graves deficiencias en el almacenamiento de alimentos para los usuarios de este establecimiento llamado por algunos como un ‘hogar’. Y no es la primera vez.
El órgano contralor realizó una inspección al CAR Las Mercedes entre el 9 y 11 de abril del presente año. El objetivo de la visita fue verificar si el almacenamiento de los alimentos cumplía con la normativa sanitaria. Ello no sucede.
El CAR Las Mercedes tiene una cámara frigorífica en el cual almacena carnes congeladas. De acuerdo a la Resolución Ministerial N° 066-2015-MINSA los alimentos deben estar congelados a 18 grados bajo cero o niveles más fríos, si fuera posible. Sin embargo, en el frigorífico del centro residencial se identificó que la temperatura para el almacenamiento de carnes blancas oscilaba entre los 8.9 y 11.8 grados bajo cero. En el caso de las carnes rojas entre 7.3 y 11.3 grados bajo cero. Eso quiere decir que las condiciones de almacenamiento en frío de ambos productos pone en riesgo la salud de los usuarios del servicio de alimentación que brinda el CAR.

Tal vez hablar de riesgo intoxicación para algunos parezca exagerado, pero no lo es. El propósito de la norma técnica del Ministerio de Salud, que exige que los alimentos estén almacenados a 18 grados bajo cero, tiene que ver con que a temperaturas mayores puede facilitarse la proliferación de bacterias. Inclusive algunas de estas pueden generar toxinas resistentes al calor, lo que significa que al cocinar la carne no se pierde el riesgo de intoxicación. Esta normativa se basa en instrumentos similares de Estados Unidos y Europa.
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A esta observación se suma el hecho de la contraloría identificó que los productos de limpieza se almacenan en el mismo estante de los víveres secos. Ello puede terminar contaminando los alimentos poniendo en riesgo a las personas beneficiarias del albergue.

Reincidentes
Como dijéramos anteriormente, este problema no es reciente. La Contraloría ya había hecho dos visitas anteriores en las que también identificó, sobre todo en la última, que las condiciones de almacenamiento de los alimentos no era la adecuada.
Entre las principales observaciones del órgano contralor es que las instalaciones no cumplen con los estándares mínimos. Tampoco se ha brindado capacitación adecuada al personal en la manipulación de los víveres ni se cuenta con un programa de buenas prácticas de almacenamiento, ni de higiene y saneamiento. Esto incrementa el riesgo de contaminación cruzada en los alimentos. En total son cinco las observaciones planteadas por la Contraloría que permanecen sin ser solucionadas por la Beneficencia.