El cirujano plástico Mario Cabani confirmó lo que hasta ahora solo eran versiones no oficiales: operó a Dina Boluarte. Durante su presentación ante la Comisión de Fiscalización del Congreso, el médico reconoció su participación en la intervención quirúrgica realizada a la presidenta en junio de 2023. “Yo fui uno de los que ha trabajado en esa cirugía”, declaró sin rodeos.

Cabani aclaró, sin embargo, que no podía dar más detalles sobre el procedimiento. Afirmó que está a la espera de una autorización judicial para levantar el secreto médico profesional y permitir la apertura de su declaración testimonial. Esa fue su respuesta formal al cuestionario que había recibido previamente de parte del Congreso.

A lo largo de su intervención, el cirujano repitió que su clínica, Rejuvenecimiento y Estética Cabani SRL, fue contratada directamente por Boluarte. Aseguró que todos los pagos relacionados con la operación se canalizaron a través de su empresa. Evitó hablar de montos, pero insistió en que se trató de un servicio médico formal y facturado.

Sobre la naturaleza de la cirugía, Cabani no dio detalles específicos. Pero explicó que las intervenciones programadas, como la que se le habría realizado a la mandataria, son de bajo riesgo. Indicó que su equipo médico incluyó anestesiólogos, cirujanos plásticos, otorrinolaringólogos y un cardiólogo, además de personal auxiliar y de enfermería. La prioridad, dijo, es siempre garantizar que el paciente esté consciente, sin dolor y pueda respirar con normalidad después del procedimiento.

Uno de los momentos más tensos de la sesión fue cuando se le preguntó por la presencia de María Elena Aguilar, expresidenta de Essalud, durante la operación. Cabani no confirmó si participó directamente, pero sí reveló que es su amiga personal. Además, reconoció que Aguilar brindó servicios puntuales a su clínica como proveedora externa en otros procedimientos médicos.

Con esta declaración, Mario Cabani se convierte en una pieza clave en la investigación sobre el ocultamiento de la intervención estética de la jefa de Estado. Aunque está amparado por el secreto médico, su testimonio confirma un hecho político incómodo: la presidenta se operó mientras ocupaba el más alto cargo del país, y lo hizo sin informar públicamente sobre su estado de salud.