Desde las tres de la madrugada del viernes 11 de abril, los pobladores de Cotahuasi, en la provincia de La Unión, tomaron una decisión radical. Hartos de esperar por las autoridades, se organizaron para reparar con sus propias manos la carretera AR-105, ruta clave que une la zona con Chuquibamba. Con picos, palas y mucho esfuerzo, comenzaron a rehabilitar los tramos más dañados de la vía.

La carretera ha estado abandonada por años, sin intervención alguna del Ministerio de Transportes y Comunicaciones ni del Gobierno Regional de Arequipa. Esta situación se agravó luego de que Provías Nacional rechazara, en enero, una solicitud para recategorizar la vía y asumir su mantenimiento. Desde entonces, ninguna autoridad ha respondido.

El mal estado de la AR-105 representa un riesgo permanente. En zonas como Pallarcocha, ubicada a 5,500 metros de altitud, las lluvias han convertido la vía en un barrizal intransitable. El tiempo de viaje se ha duplicado y los vehículos corren peligro de quedar varados por horas. A pesar de esta situación, ni una sola maquinaria del gobierno regional ha llegado a la zona.

Lo que más molesta a los pobladores es que esta carretera fue una promesa de campaña del gobernador Rohel Sánchez. En su momento, ofreció una pronta mejora y asfaltado del tramo. Sin embargo, más de dos años después de asumir funciones, los anuncios quedaron en el aire. La población de La Unión se siente ignorada por completo.

Ante la desidia, el Comité de Mantenimiento Vial, presidido por Richard Aranzamendi, se propuso parchar 130 kilómetros en apenas tres días. Hombres y mujeres trabajan sin descanso, incluso alargando las labores hasta noche. Varios se quedaron a pernoctar en la carretera para continuar hoy sábado con los trabajos. Saben que esta no es una solución definitiva, pero es la única forma de asegurar la transitabilidad.

Paralelamente, se ha lanzado una campaña de recolección de dinero, alimentos y agua para apoyar a los voluntarios. El acopio se realiza en la tienda “El Castor”, en Cerro Colorado, y también se han habilitado líneas telefónicas para recibir donaciones. La comunidad no solo repara una vía, también da una lección de dignidad y resistencia ante el olvido e indiferencia de la gestión de Rohel Sánchez.