Ecuador se prepara para un domingo decisivo. El 13 de abril de 2025 se celebrará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. La jornada definirá quién ocupará el cargo de presidente: Daniel Noboa o Luisa González. La primera vuelta, celebrada en febrero, terminó sin un ganador claro. Ambos candidatos quedaron casi empatados y forzaron este nuevo enfrentamiento en las urnas.
Según los resultados oficiales, Noboa alcanzó el 44,17 % de los votos válidos, mientras que González obtuvo el 43,97 %. La diferencia fue mínima, lo que reflejó un país dividido. Ahora, la segunda vuelta marca la recta final de un proceso electoral tenso y polarizado. El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha confirmado que los comicios se desarrollarán bajo estrictas reglas de campaña y silencio electoral.
La campaña inició el 23 de marzo y finalizará el 10 de abril. A partir del 11 regirá el silencio electoral, que prohíbe la difusión de propaganda. Además, hay fechas especiales: el 10 votarán las personas privadas de libertad sin sentencia, y el 11 se realizará el voto en casa. El padrón electoral incluye más de 13,7 millones de votantes, entre ellos casi medio millón de ecuatorianos en el exterior.
El voto es obligatorio para ciudadanos entre 18 y 65 años. Para mayores de 65, adolescentes desde los 16 y personas con discapacidad, el voto es opcional. Quienes no acudan a las urnas deberán pagar una multa de 47 dólares. El CNE ha reiterado que los recintos asignados en la primera vuelta se mantienen para este balotaje. Los ciudadanos pueden verificar su lugar de votación en el portal oficial.
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Las encuestas reflejan un escenario de empate técnico. Según Comunicaliza, Noboa tendría un 50,3 % de intención de voto frente a un 49,7 % de González. En cambio, Telcodata da una ligera ventaja a González. Ambos estudios están dentro del margen de error. La participación de los indecisos será determinante para inclinar la balanza en esta segunda vuelta tan cerrada.
La tensión crece conforme se acerca la fecha. La campaña ha estado marcada por acusaciones cruzadas, promesas de cambio y estrategias para captar a los indecisos. Mientras tanto, el país sigue atento. El 13 de abril, Ecuador no solo elige un presidente: define su rumbo político en un momento clave de su historia democrática.