En el corazón de la Amazonía peruana, un grupo de científicos ha logrado lo impensable: secuenciar el ADN de más de 500 peces, 61 anfibios, 34 reptiles y 300 plantas. Este “código de barras genético” revela la identidad única de cada especie y abre una nueva era para el monitoreo de la biodiversidad.
El trabajo fue liderado por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), en alianza con el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de Francia. Juntos han creado una poderosa herramienta para rastrear y conservar la riqueza biológica de la selva peruana.
El proceso comenzó en campo. Expertos recolectaron especímenes adultos y los identificaron con precisión taxonómica. Luego, en laboratorios especializados, extrajeron y secuenciaron su ADN. Así nació el código de barras genético de cada especie: una firma molecular imposible de falsificar.
Esta técnica permite reconocer especies en cualquier etapa de vida, incluso en huevos o larvas. Es decir, se puede saber qué especie está presente solo con una muestra de tejido, agua o sedimento. Un cambio de juego para los estudios ecológicos.
Con estos datos, los investigadores pueden ubicar zonas de reproducción, seguir rutas migratorias y detectar cambios en los ecosistemas. Grandes ríos como el Ucayali y el Marañón ahora pueden ser estudiados con un nivel de detalle sin precedentes.
“Este avance nos da las herramientas para proteger lo que no vemos, pero que es vital para todos”, afirma Carmen García Dávila, presidenta del IIAP. En tiempos de crisis climática, la ciencia se convierte en la mejor aliada para conservar la vida.