El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación al Sirwiy. Se trata de una manifestación cultural única del distrito de Chachas, en la provincia de Castilla, Arequipa. Esta combina faenas colectivas, rituales y cantos, está profundamente ligada a la siembra del maíz y refleja la riqueza cultural y agrícola de la región.
El Sirwiy tiene sus raíces en el siglo XVII, cuando Chachas se convirtió en un importante centro de distribución de maíz gracias a sus extensas andenerías. Hoy, esta práctica ancestral sigue viva, uniendo a la comunidad en torno a la siembra y la protección de los cultivos. El nombre “Sirwiy” proviene del gusano que amenaza las plantaciones de maíz. Y los cantos y rituales buscan “encandilar” a este insecto para asegurar una cosecha abundante.
La siembra del maíz en Chachas comienza en septiembre, en las zonas más frías del norte, y culmina en octubre en las áreas más bajas. Durante este proceso, los agricultores, conocidos como “los cabellos”, lideran las faenas y velan por la preparación del terreno. El ritual se divide en tres etapas: la limpieza de los terrenos, el barbecho (arado) y la siembra, momento en el que toda la comunidad participa activamente.
Uno de los momentos más emblemáticos del Sirwiy es el “luni”, un ritual en el que se contabilizan las semillas de maíz. Los participantes se agrupan en forma de media luna alrededor de una mesa cubierta con mantas, donde se colocan semillas, flores, chicha y aguardiente. Tras el conteo, el patrón agradece a la Pachamama (madre tierra) y rocía chicha sobre las semillas, pidiendo por una cosecha próspera.
El canto al Sirwiy es otro elemento central de esta tradición. Hombres y mujeres forman dos grupos y entran en un contrapunteo musical, agradeciendo a la tierra y pidiendo protección para los cultivos. Al caer la tarde, la comunidad comparte una comida tradicional, como el picante de maíz pelado, fortaleciendo los lazos de reciprocidad e integración social.
Chachas, uno de los catorce distritos de la provincia de Castilla, es un territorio de contrastes. En sus zonas bajas (3,000 m.s.n.m.) predomina la agricultura y la ganadería. Mientras que en las alturas (más de 3,500 m.s.n.m.) se crían camélidos, ovinos y se practica la piscicultura. El Sirwiy no solo preserva una tradición ancestral, sino que también refuerza la identidad cultural y el consumo del maíz, un alimento fundamental en la dieta local.
Con esta declaratoria, el Ministerio de Cultura reconoce el valor del Sirwiy como un legado vivo que conecta a las comunidades con su tierra, su historia y su futuro.