La Plaza de Armas de Arequipa, tras un cierre de tres días para labores de mantenimiento, reabrió sus puertas este lunes. Durante este periodo, la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) realizó trabajos de pintado de bancas, refacción de áreas verdes y restauración de zonas dañadas durante los festejos de carnavales el pasado 2 de marzo. Con la reapertura, turistas y pobladores retomaron el tránsito libre por el emblemático espacio, mientras se desarrollaba el Pasacalle Regional por el Buen Inicio del Año Escolar 2025.

Fotógrafos, lustrabotas y guías de turismo también retomaron sus actividades, acompañando a cientos de visitantes que recorrieron la pileta y el Tuturutu, dos de los principales atractivos de la plaza.

Sin embargo, el cierre no transcurrió sin incidentes. El sábado último, durante una marcha por el Día Internacional de la Mujer, un grupo de personas ingresó a la fuerza a la Plaza de Armas. Evadiendo las vallas metálicas colocadas por la municipalidad.

Wilber Rodríguez Arapa, gerente de Seguridad Ciudadana de la MPA, calificó este hecho como una “evidente desobediencia a la autoridad”. Aunque no se registraron daños al patrimonio ni a las áreas verdes, Rodríguez enfatizó que las ordenanzas municipales tienen rango de ley y deben cumplirse. “Quienes no las acaten serán responsables. La MPA presentará denuncias contra los responsables de ingresar de forma violenta a la plaza, que estaba restringida”, afirmó.

Gracias a videos y fotografías captadas durante el incidente, las autoridades lograron identificar a varios de los involucrados. Entre ellos, se encuentran representantes de la promotora RMA y un coordinador de Amnistía, R.LL., quienes habrían evadido las mallas de seguridad durante la marcha. Estos casos serán analizados por la Procuraduría de la MPA, que determinará las acciones legales correspondientes.

Este incidente ha generado un debate entre el derecho a la protesta y el respeto a las normas municipales. Mientras las autoridades insisten en la importancia de proteger el patrimonio y cumplir las ordenanzas, los manifestantes reclaman espacios para expresar sus demandas. La MPA ha dejado claro que no tolerará actos de desobediencia, especialmente cuando ponen en riesgo el orden y la seguridad pública.

Mientras la Plaza de Armas recupera su ritmo habitual, este caso sirve como recordatorio de la necesidad de encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión y el respeto a las normas que garantizan la convivencia en la ciudad. Las denuncias contra los responsables marcan un precedente en la defensa del orden público y la autoridad municipal en Arequipa.