El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este viernes una de sus advertencias más contundentes contra Rusia desde su regreso al poder. A través de su plataforma TruthSocial, Trump anunció que está considerando imponer sanciones «a gran escala» contra Moscú para forzar negociaciones de paz con Ucrania. «Estoy evaluando sanciones bancarias, aranceles y otras medidas hasta que se declare un alto el fuego y se alcance un acuerdo definitivo», declaró.

El mensaje de Trump llega en un momento crítico del conflicto, donde Rusia ha intensificado su ofensiva en el campo de batalla. «A Rusia y a Ucrania: siéntense a la mesa de negociaciones antes de que sea demasiado tarde», concluyó el mandatario estadounidense. Esta declaración marca un giro en su enfoque hacia Moscú, que hasta ahora había mostrado señales de acercamiento, como el reciente encuentro diplomático en Riad, Arabia Saudita.

Sin embargo, Trump también dirigió críticas hacia el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky. «Es más difícil negociar con Ucrania que con Rusia», afirmó en declaraciones posteriores a medios estadounidenses. El mandatario reiteró su desconfianza hacia Zelensky, sugiriendo que el líder ucraniano no está realmente interesado en alcanzar un acuerdo de paz. «Sigo sin estar seguro de que quiera un acuerdo», dijo Trump.

La tensión entre Trump y Zelensky se hizo evidente la semana pasada, durante una visita del presidente ucraniano a la Casa Blanca. El encontronazo entre ambos líderes generó preocupación en Europa, donde varios países expresaron su apoyo a Kiev y replantearon su estrategia de seguridad ante el temor de que los acercamientos entre Washington y Moscú dejen a Ucrania en un segundo plano.

Trump también aprovechó para reiterar su postura sobre el conflicto. «Esta guerra nunca habría ocurrido si yo hubiera sido presidente», aseguró, al tiempo que advirtió sobre las consecuencias de no alcanzar un acuerdo. «Esto podría desembocar en la Tercera Guerra Mundial si no actuamos», afirmó. El mandatario estadounidense sostuvo que Rusia tiene «todas las cartas» en este conflicto, pero insistió en que Moscú debe dejar de «machacar» a Ucrania.

En un movimiento que ha generado controversia, Trump ordenó una pausa en la asistencia militar y de inteligencia de EE.UU. a Ucrania, argumentando que es necesario ejercer más presión para lograr un acuerdo. Esta decisión ha sido criticada por aliados europeos, quienes temen que debilite la posición de Kiev en el conflicto.

Mientras tanto, la advertencia de sanciones «a gran escala» contra Rusia ha sido recibida con escepticismo por algunos analistas, quienes cuestionan si Trump está dispuesto a llevar a cabo una medida tan drástica. Lo que está claro es que el mandatario estadounidense busca posicionarse como un mediador clave en el conflicto, aunque sus métodos y declaraciones continúan generando divisiones tanto en Washington como en el escenario internacional.