Durante siglos, el papel de la mujer en la sociedad ha sido objeto de debate, lucha y transformación. Desde los tiempos en que su presencia se limitaba al ámbito doméstico, hasta el presente en que su voz resuena en todos los espacios, la mujer ha demostrado una capacidad inquebrantable para desafiar los límites y construir un mundo más justo e igualitario.

Esta edición especial se sumerge en las profundidades de esa evolución, explorando las historias de dos mujeres que han desafiado las normas, superado obstáculos y abierto caminos para las generaciones venideras. Desde las pioneras que lucharon por el derecho al voto, hasta las líderes que hoy transforman el mundo empresarial, político y social, sus relatos nos inspiran y nos invitan a reflexionar sobre el camino que aún nos queda por recorrer.

La primera gerenta general de la historia 

Desde el 4 de mayo del 2024, Norma Mamani Coila asumió el cargo de gerente general del Gobierno Regional de Arequipa (GRA), convirtiéndose en la primera mujer en ocupar esta posición. Su nombramiento representó un avance significativo en la igualdad de género dentro de la administración pública. 

Con una trayectoria de 20 años en la gestión pública, Mamani demostró su capacidad en diversas áreas del GRA, lo que la posicionó como una figura clave en la administración de dicha institución. Su experiencia abarca múltiples cargos directivos como gerente de Promoción en Inversión Privada, entre otros. Esto le proporcionó una visión integral del funcionamiento de la gestión pública. 

Desde sus años de juventud, mostró un fuerte compromiso con la participación ciudadana y el liderazgo. Fue presidenta del Consejo Estudiantil del Instituto Honorio Delgado Espinoza. También tuvo una activa participación en la Universidad Nacional San Agustín (UNSA) durante su formación como administradora. No estuvo ajena en la histórica Marcha de los Cuatro Suyos, evidenciando su compromiso con las causas sociales y su espíritu de lucha.

En sus propias palabras, Norma Mamani destaca la importancia del papel de la mujer en la sociedad: «He sido la primera gerenta general del GRA de la historia de Arequipa y creo que hemos estado a la altura. Las mujeres estamos capacitadas para liderar una región, más aún cuando se encuentran con varias trabas. En gestión pública, las mujeres somos autónomas y no queremos interferencias ni restricciones y eso no lleva a erradicar la burocracia», cuenta. 

Desde su posición de servicio público, Norma Mamani se convirtió en una figura clave en la búsqueda de la mejora de la calidad de vida de los arequipeños. Su enfoque principal fue el fortalecimiento de los pilares fundamentales de la sociedad: la salud y la educación. Mamani Coila dedicó sus esfuerzos a optimizar los establecimientos de salud y educación. Reconociendo que estos son la base para el bienestar de las familias y el progreso de la comunidad.

«Nuestra finalidad fue el servicio público. Hemos buscado una mejoría en los establecimientos de salud y educación, esa es la base de la familia. Sí tenemos hijos bien educados, vamos a mejorar la sociedad», añade. Y aunque ya no funge en el mismo cargo su compromiso con la sociedad sigue siendo el mismo. 

A pesar de los avances logrados, Norma Mamani reconoce que la igualdad de género sigue siendo un desafío pendiente. «La mujer debería tener equidad íntegra, pero todavía nos falta. También hay mujeres que no se arriesgan porque no saben de lo que pueden llegar a ser capaces», reflexiona, alentando a las mujeres a descubrir su potencial y a asumir roles de liderazgo en la sociedad.

Con determinación, Mamani aboga por la autonomía, la independencia y el liderazgo femenino. «Las mujeres deben tener autonomía, independencia y liderazgo», enfatiza. Desde su rol en la política y gestión pública, busca inspirar a las mujeres a romper barreras y a luchar por sus derechos. Su experiencia en el servicio público y el liderazgo femenino son motores de cambio para una sociedad más justa e igualitaria. 

Una obstetra que desafía las desigualdades 

Ruth Solórzano Yaiqui es obstetra y su trayectoria es un testimonio de lucha, dedicación y pasión por su profesión. Desde sus inicios en el sector salud en 2005, demostró  que su condición de mujer no es un obstáculo, sino una fortaleza.

Su camino comenzó en el centro de salud de San Martín de Socabaya, donde realizó su Servicio Rural Urbano Marginal de Salud (SERUMS). Paralelamente, ejercía en una clínica privada, demostrando su compromiso y capacidad para asumir múltiples responsabilidades. En 2011, su dedicación la llevó a ingresar al Hospital Honorio Delgado por contrato CAS, donde hasta el día de hoy, continúa su labor como obstetra.

Ruth Solórzano no solo se ha destacado en su labor asistencial, sino también en su liderazgo gremial. Fue secretaria del Sindicato de Obstetras del nosocomio y actualmente forma parte de la Federación Peruana de Obstetras del Perú, defendiendo los derechos y el reconocimiento de sus colegas.

A pesar de sus logros, reconoce que el camino no ha sido fácil. «Han existido desigualdades. En salud, incluso hay ciertos problemas con algunos médicos que no comprenden nuestra labor. Muchos piensan que ellos pueden hacer todo y nos restan importancia», explica Solórzano. Sin embargo, estas situaciones no la han detenido, sino que la llevaron a seguir luchando por una igualdad de género y el recompensa de su labor. 

Ruth Solórzano es madre soltera y el principal sostén de su familia. Con orgullo, afirma que su profesión le permitió sacar adelante a su hija. «Soy mamá soltera y gracias a mi profesión estoy sacando a mi hija y familia adelante», cuenta. Su historia es un ejemplo de cómo las mujeres pueden desempeñar roles fundamentales en la sociedad y en la medicina.

Consciente del papel crucial de la mujer en la sociedad, la obstetra envía un mensaje inspirador a todas las mujeres peruanas: «Que sepan luchar por sus metas, si tienen la vocación para servir a la población, que lo hagan con mucho cariño y esfuerzo. Las mujeres peruanas somos muy valientes».