La temporada de lluvias en Arequipa parece estar llegando a su fin, pero no sin antes dejar una última advertencia. Según José Ticona, especialista del Senamhi, los ríos Ocoña y Majes podrían alcanzar niveles de peligro rojo esta semana, con caudales que superarían los 900 y 400 metros cúbicos por segundo, respectivamente. Estas cifras representan una amenaza directa para la agricultura y las comunidades aledañas.

Aunque las precipitaciones han sido ligeras a moderadas en la sierra media y alta de la región, el acumulado de agua ha sido suficiente para mantener los ríos en niveles críticos. Ticona explicó que, si bien no se esperan lluvias intensas en los próximos días, la situación aún es volátil. “Después de la quincena de marzo, las probabilidades de lluvias fuertes disminuyen, pero no podemos descartar cambios repentinos”, advirtió.

El río Huancané, en Puno, ya ha encendido las alarmas. Con un caudal de 161.78 m³/s, ha sido clasificado en umbral rojo, lo que pone en riesgo a más de 20 centros poblados a lo largo de sus riberas. Comunidades como Yocahue, Tejenapata y Cotosi Pampa Yarecoa enfrentan la posibilidad de inundaciones que podrían arrasar con viviendas, cultivos y vías de comunicación.

Las causas de este incremento en los caudales son claras: las intensas lluvias registradas en los últimos días. El Senamhi ha atribuido el comportamiento inestable de los ríos a este fenómeno, que ha generado preocupación entre las autoridades y la población. “El monitoreo constante es crucial en estos momentos”, señaló Ticona, quien recordó que los pronósticos pueden variar rápidamente.

Ante este escenario, las autoridades han emitido recomendaciones urgentes para las zonas afectadas. Entre ellas, evitar acercarse a las riberas de los ríos, no intentar cruzar zonas inundables y mantenerse informados a través de los canales oficiales del Senamhi. Además, se ha instado a la población a seguir las indicaciones de Defensa Civil y otras entidades competentes.

El Senamhi continuará vigilando la evolución de los caudales en las próximas horas, especialmente en el caso del río Huancané, cuyo estado sigue siendo inestable. La prevención y la acción rápida serán clave para minimizar el impacto de este fenómeno natural. Mientras tanto, la ciudadanía debe permanecer alerta, ya que cualquier descuido podría tener consecuencias devastadoras para las familias y sus medios de subsistencia.