La administración de Donald Trump ha decidido postergar por un mes la aplicación de aranceles del 25 % a los automóviles provenientes de México y Canadá. La medida, anunciada este martes, responde a la presión ejercida por los gigantes automotrices. Tales como Ford, General Motors y Stellantis, quienes advirtieron sobre el impacto económico que tendría la imposición inmediata de estas tarifas. La Casa Blanca confirmó que la excepción temporal busca evitar desventajas competitivas dentro del marco del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

“Hemos hablado con los tres grandes vendedores de automóviles. Vamos a dar una exención de un mes a todo automóvil que entre en el marco del T-MEC”, declaró Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca. El retraso se produce en un contexto de tensión comercial, donde Trump utiliza los aranceles como herramienta de presión para que México y Canadá. Con el fin de que refuercen sus esfuerzos contra el tráfico de fentanilo y la migración irregular.

La decisión de postergar los aranceles responde a la preocupación de las automotrices estadounidenses. Cuyas operaciones dependen de una cadena de suministro altamente integrada en América del Norte. En el proceso de fabricación de un vehículo, las piezas pueden cruzar las fronteras hasta ocho veces antes del ensamblaje final. El retraso busca dar un margen a la industria para adaptarse a posibles cambios y evitar una disrupción en la producción.

México y Canadá no han tardado en responder. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que presentará medidas para mitigar el impacto de los aranceles. Lo que incluye la sustitución de importaciones chinas y el fortalecimiento del mercado interno. “Estamos dispuestos a buscar nuevos socios comerciales si Estados Unidos mantiene esta política”, afirmó. Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, acusó a Trump de utilizar la disputa con fines políticos y advirtió que su gobierno tomará represalias si los aranceles se mantienen.

Los efectos de estas medidas ya se sienten en ambos lados de la frontera. En México, empresarios han propuesto incentivos fiscales y la eliminación de barreras regulatorias para reducir la dependencia de Estados Unidos. En Canadá, la incertidumbre ha afectado los mercados financieros. Y los analistas advierten que una escalada en la guerra comercial podría generar pérdidas significativas para ambas economías.

Mientras tanto, Trump ha dejado en claro que, si no observa progresos en los temas migratorios y de narcotráfico, los aranceles entrarán en vigor a partir del 2 de abril. La industria automotriz, que emplea a miles de trabajadores en los tres países, espera que este respiro temporal se convierta en una solución permanente. Pero, por ahora, la incertidumbre sigue siendo la única certeza.