Un trabajador de una empresa contratista de SEAL (Servicio de Electricidad de sel Sur Oeste de Arequipa) fue captado en video agrediendo brutalmente a un perro callejero en el distrito de Miraflores, Arequipa. El hecho ocurrió en la zona de Juan XXIII, donde el hombre, identificado como Randolph D.C., lanzó un fierro contra la cabeza del can, causándole graves lesiones. Las imágenes, grabadas por una cámara de seguridad, muestran que el animal no representaba ninguna amenaza.

El pequeño perro, de aproximadamente 13 años y conocido como «Layka» por los vecinos, fue rescatado por una residente de la zona, quien lo llevó de inmediato a una clínica veterinaria. A pesar de los esfuerzos, el estado del animal es crítico. La vecina también logró retener al agresor hasta la llegada de agentes de la comisaría de Alto Misti, quienes lo trasladaron a la dependencia policial.

Randolph D.C., quien se desempeñaba como repartidor de recibos de luz, intentó negar los hechos, pero las pruebas visuales lo incriminaron. El caso ha generado indignación en la comunidad, especialmente porque no hubo provocación alguna por parte del animal. Los vecinos, que cuidan colectivamente a Layka, exigen justicia y medidas severas contra el agresor.

Ante la repercusión del caso, SEAL emitió un comunicado rechazando el maltrato animal y anunciando acciones inmediatas. La empresa indicó que activó sus protocolos internos, inició una fiscalización a la contratista involucrada y solicitó un informe detallado sobre las medidas correctivas adoptadas. Además, aseguró que colaborará con las autoridades en la investigación.

El Ministerio Público ya recibió la denuncia por maltrato animal y se encuentra investigando el caso. La legislación peruana contempla sanciones para este tipo de actos, que incluyen multas y hasta penas de cárcel. Mientras tanto, Layka sigue en recuperación, y los vecinos esperan que se haga justicia para evitar que hechos similares se repitan.

Este incidente ha puesto en evidencia la necesidad de reforzar la conciencia sobre el respeto y cuidado de los animales, así como la responsabilidad de las empresas en supervisar el comportamiento de sus trabajadores y contratistas. La comunidad de Miraflores sigue atenta al desarrollo del caso, esperando que las autoridades actúen con firmeza.