El cardenal Carlos Castillo Mattasoglio presentó su renuncia como arzobispo de Lima. Esto siguiendo el protocolo establecido en el Código de Derecho Canónico, que exige que los obispos y arzobispos renuncien al cumplir 75 años. Castillo alcanzó esta edad el pasado viernes 28 de febrero. Pero la decisión final sobre su renuncia recaerá en el papa Francisco, quien actualmente enfrenta un delicado estado de salud debido a una neumonía.

Aunque presentó su renuncia, esto no significa que deje de ser cardenal. Castillo, quien cumplió seis años como arzobispo de Lima el 25 de enero pasado, podría ver su mandato extendido por algunos años más, según fuentes cercanas al Vaticano. Su liderazgo ha sido marcado por posturas progresistas y una cercanía a la Teología de la Liberación. Esto lo ha convertido en una figura controvertida, especialmente entre los sectores más conservadores de la Iglesia.

Durante su ministerio, Castillo no ha dudado en criticar abiertamente a las autoridades peruanas. En julio de 2023, durante la misa por Fiestas Patrias, lanzó un llamado a la reflexión a las máximas autoridades. Incluyendo a la presidenta Dina Boluarte, en medio de protestas sociales que dejaron 49 fallecidos. “Parece que no se dieran cuenta de que nuestro pueblo existe, sufre y demanda cambios urgentes”, declaró desde el púlpito de la Catedral de Lima.

Un año después, en las Fiestas Patrias de 2024, reiteró su mensaje, subrayando la necesidad de fortalecer la democracia y combatir la corrupción y la evasión tributaria. “Aquellos que utilizan el aparato estatal para sus propios intereses viven en una deslealtad institucional”, afirmó frente a autoridades y ministros de Estado.

Además de su labor pastoral, Castillo ha sido un crítico tajante del Sodalicio de Vida Cristiana. Organización religiosa disuelta tras denuncias de abusos sexuales, físicos y psicológicos. En una columna publicada en el diario El País, calificó al Sodalicio como un “experimento fallido” y relató su experiencia con su fundador, Luis Fernando Figari.

Suplió a Cipriano

Carlos Castillo Mattasoglio, nacido en Lima en 1950, es uno de los teólogos y sacerdotes más influyentes del Perú. Ordenado sacerdote en 1984, ha sido profesor de teología en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y Gran Canciller de la misma institución. Su nombramiento como arzobispo de Lima en 2019 lo situó como sucesor del cardenal Juan Luis Cipriani. Este actualmente separado de sus funciones por una denuncia de abuso sexual.

Ante la acusación contra Cipriani, Castillo expresó su pesar por las víctimas de abusos dentro de la Iglesia. “Lo declarado oficialmente por la Santa Sede nos remite al inmenso dolor y sufrimiento que experimentan las víctimas”, escribió en un comunicado.

Mientras el papa Francisco evalúa su renuncia, el legado de Castillo como arzobispo de Lima sigue siendo tema de debate, destacando su compromiso con los más vulnerables y su firme postura frente a la corrupción y los abusos de poder.