Isaac Martínez Gonzales. Especialista en infraestructura hidráulica
Los arequipeños tenemos el desafiante reto de conservar el privilegio de ser “especiales” por tener la naturaleza que Dios nos dio; como tener nuestra ciudad ubicada al pie de tres volcanes; el Misti, Chachani y Pichu Pichu.
El Misti es el más peligroso del Perú y en cuyas faldas están ubicados los distritos Mariano Melgar, Miraflores y Alto Selva Alegre; y los que tienen mayor riesgo. Igualmente los pueblos asentados en las faldas del Chachani, en los distritos de Cerro Colorado, Yura y Cayma.
Y por el inexistente principio de autoridad de los gobiernos locales y regional ha permitido, y muchas veces incentivado, por razones políticas, las invasiones de los terrenos ubicados en el cono Norte, Sur-Oriental y al pie de los volcanes, torrenteras y ríos.
Por razones de la naturaleza tenemos la inmensa ventaja especial de tener en nuestro territorio regional los valles de Tambo, Chili, Colca y Ocoña que abastecen de productos alimenticios a la región y al país. Los pobladores de estos valles, todos los años en la época de avenidas (enero, febrero y marzo) desafían, muchas veces infructuosamente, el incremento de caudal de los ríos, como actualmente viene sucediendo.
No hay quien haga entender a los dirigentes agrarios y autoridades que las obras de defensa ribereña se construyen antes de la época de avenidas. Igualmente, en época de heladas (no friaje), que se sabe que va a llegar todos los años, se deben tomar las previsiones y precauciones del caso. Lo raro sería que no se presenten crecidas de los ríos en época de avenidas y que no haya heladas en época de invierno.
Nuestra peculiaridad, se extiende a razones antrópicas. Tenemos la represa de Aguada Blanca con la compuerta de fondo trabada desde hace más de cuarenta años y sedimentada en un 50% de su capacidad; una central hidroeléctrica dentro del mismo volcán (Charcani V); cuatro represas en la cuenca del río Chili (Pillones, Chalhuanca, Frayle y Aguada Blanca), que constituyen un temerario peligro. En caso de que fallen por sismos o por falta de mantenimiento, considerando, además, la edad de estas importantes infraestructuras. El Frayle entró en funcionamiento en el año 1960 y falló el 13 de abril de 1961, con inminente colapso y cuya reparación tardó tres años. Aguada Blanca está desde 1972 y también es otro riesgo para la ciudad.
Los arequipeños somos muy especiales, por poseer una hermosa naturaleza y por no saber preservarla adecuadamente.