Por Huber Valdivia Pinto, Asesor y Consultor
«En latín, ‘Colere Cupio Hominem et Agrum’ es el lema de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), que significa ‘Quiero cultivar al hombre y al campo’. Una de sus interpretaciones sugiere que no solo se debe enfocar en los temas técnicos como nutrición, manejo de cultivos, manejo del agua o postcosecha, sino que también es importante el desarrollo de las capacidades humanas. Considero que este es uno de los puntos críticos de nuestra agricultura nacional.
Hace 40 años, el desarrollo de Majes se inició con grandes expectativas por la producción agrícola y la generación de empleo, pero sus resultados están por debajo de los pronósticos iniciales.
Cuando el agua llega al desierto, los ejecutores del proyecto acostumbrados en las tareas de construcción de infraestructura hidráulica, y con lo tímidos acompañantes de ese entonces, se dicen: ahora llegó el agua al desierto y ahora qué hacemos. Ahí empezaron los problemas. Pues se olvidaron de la planificación agrícola de este proyecto de gran costo para el país.
Optaron por lo más cercano: producir alfalfa para sustentar la ganadería lechera, aprovechando la cercanía de la empresa acopiadora de leche. En consecuencia, un proyecto de grandes expectativas convirtió a Arequipa en «la principal cuenca lechera». Una tarea noble para el agricultor, pero con exiguas utilidades y, lo más lamentable, un cultivo de alta demanda de agua no recomendable para las condiciones del desierto.
Según datos recientes de la Junta de Usuarios de Majes, aún el 38% del área está dedicada a forrajes (alfalfa y maíz). Si bien hubo cambios, estos no han sido suficientes para justificar el esfuerzo de los pioneros de estas tierras,
Los frutales perennes cubren una área del 20%. Se incluye la vid con 1461 hectáreas (has), palta 820 has y granada 109 has como las principales. Y hay que destacar que estos han mostrado gran adaptabilidad para la irrigación, pero el proceso de reconversión agrícola va muy lento. ADEX y MIDAGRI, reportan que Arequipa es la región de mayor productividad del cultivo de palta, pero no ha representado un crecimiento en área de cultivo.
El 42% de las áreas agrícolas de Majes están ocupadas por hortalizas, destacando el ají paprika con 1,176 hectáreas, papa con 1,032 has, cebolla con 606 has y alcachofa con 563 has, y otros de menor extensión. Estos cultivos han mostrado buen rendimiento, pero la falta de organización y la ausencia de instituciones vinculadas no fortalecen la información de mercados. Lo que frecuentemente genera un desajuste entre la producción y la demanda.
Los agricultores en Majes han demostrado que las condiciones edáficas y climáticas son adecuadas para la producción de cultivos de alta rentabilidad y con crecimiento constante de la demanda nacional e internacional.
¿Qué falta? Se necesita un acompañamiento a los agricultores, extrapolando las buenas prácticas exitosas de algunos agricultores de Majes. Muchas veces de sus vecinos, y de otras zonas de nuestro país, como Villacurá, Chavimochic y Olmos. Este esfuerzo de transmitir o difundir información no es costoso si se emplean las técnicas adecuadas de extensión agrícola, comprometiendo a los organismos pertinentes para su formulación y ejecución.
En el caso de Majes, Autodema debe participar de manera organizada y no estar competiendo con los agricultores en el Centro de Recría ni en el Vivero Vitivinícola. Donde casi siempre obtienen peores resultados que los colonos de Majes. Se requiere también la presencia activa del MIDAGRI, el gobierno regional y la municipalidad.