La guerra en Siria, que cumple casi 14 años, ha dejado un saldo desgarrador: 618 mil muertos y 113 mil desapariciones forzadas, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicado este jueves. “Innumerables familias lidian con la pérdida y la incertidumbre por los desaparecidos”, destaca el reporte, que retrata una crisis humanitaria de proporciones catastróficas.
El conflicto, que comenzó en marzo de 2011 con protestas pacíficas en Daraa, se transformó en una guerra brutal tras la represión del régimen de Bashar al Assad. La violencia escaló con la aparición de milicias rebeldes y grupos yihadistas como Al Qaeda y Estado Islámico (ISIS), convirtiendo a Siria en un tablero geopolítico donde compiten potencias como Rusia, Irán, Turquía y Estados Unidos.
El impacto humanitario es abrumador. Más de 7,2 millones de personas han sido desplazadas dentro de Siria, mientras que 6 millones huyeron al extranjero, principalmente a Turquía, Líbano y Jordania. Esta crisis de refugiados es una de las mayores del mundo contemporáneo y sigue siendo un desafío sin resolver para la comunidad internacional.
La economía siria también colapsó. El Producto Interior Bruto (PIB) se redujo a la mitad, y el 90% de la población vive en pobreza, frente al 33% en 2010. La pobreza extrema afecta al 66% de los sirios, un aumento dramático desde el 11% previo al conflicto. Además, el desempleo alcanza al 24% de la población activa, con 5,4 millones de personas sin trabajo.
La reconstrucción del país parece una tarea titánica. Según el PNUD, uno de cada tres hogares está destruido, y el 80% de la producción energética se perdió. Al ritmo actual, Siria necesitaría 55 años para recuperar su nivel de PIB previo a la guerra. “El camino hacia una nueva Siria es largo y plagado de obstáculos”, advierte el informe.
Aunque la caída del régimen de Al Assad en 2024 abrió una ventana de esperanza, los desafíos persisten. La comunidad internacional enfrenta el reto de apoyar la reconstrucción y garantizar la estabilidad en un país devastado por más de una década de conflicto. Mientras tanto, millones de sirios siguen luchando por sobrevivir en medio de la pobreza y la incertidumbre.