El Frente de Defensa del distrito de Huancarqui ha manifestado su enérgico rechazo a las fases de construcción y operación del Proyecto Minero Zafranal, liderado por la transnacional canadiense TECK RESOURCES LIMITED. La organización demanda la presencia de altos ejecutivos de la empresa para reiniciar el diálogo. De esa forma asegurar el cumplimiento de compromisos socioambientales que beneficien a la comunidad.

«Basta de mesas de trabajo. En los últimos 17 años de exploración, cuántos frentes de defensa han pasado y las discrepancias siguen siendo las mismas. Hemos realizado una consulta popular y necesitamos llegar a un nivel de acuerdo frontal y definitivo», expresó Iván Zúñiga Cáceres, presidente del Frente de Defensa de Huancarqui.

Las principales razones del rechazo incluyen el presunto incumplimiento de compromisos socioambientales con Huancarqui. Este distrito es considerado la zona de influencia directa del proyecto. Además, se critica la ausencia del Gobierno en la jurisdicción, mientras desde Lima se autorizan las operaciones de la transnacional.

En mayo de 2023, el Gobierno Regional de Arequipa, a través de la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema), anuló el usufructo de 12,207 hectáreas otorgadas a la Compañía Minera Zafranal. Argumentando que la empresa no cumplió con los requisitos legales para la constitución de derechos de usufructo. Esta decisión pone en riesgo una inversión de US$1,263 millones.

Por su parte, la Compañía Minera Zafranal ha señalado que el proyecto no ocupa territorios de comunidades campesinas. Y tampoco áreas naturales protegidas. Según Mario Baeza, gerente general de la empresa, el proyecto se ubica en una zona semidesértica y sin actividades agrícolas. Esto entre los distritos de Huancarqui y Lluta, en las provincias de Castilla y Caylloma.

A pesar de estas afirmaciones, los pobladores de las provincias de Caylloma y Castilla denuncian que la empresa pretende engañar a las autoridades locales y nacionales. Pues mencionan que el proyecto traería alta rentabilidad social y desarrollo a sus pueblos. Señalan que, más bien, el proyecto minero Zafranal traerá contaminación, saqueo de recursos naturales y destrucción de la biodiversidad. El valle agrícola de Majes y los ríos donde se practica la pesca serían afectados. Además de resquebrajar el tejido social y la convivencia pacífica entre los pueblos de la zona.

La situación actual refleja una creciente tensión entre la comunidad y la empresa minera. Lo que evidencia la necesidad de un diálogo transparente y efectivo que aborde las preocupaciones de los pobladores y garantice el desarrollo sostenible de la región.