El cruce de palabras entre el coronel en retiro Harvey Colchado y el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, no es solo un enfrentamiento personal. En el fondo, revela una disputa más amplia sobre el respeto a las normas que rigen a la Policía Nacional del Perú (PNP). Colchado ha exigido que el titular del sector se retracte tras minimizar su grado policial y referirse a él como un «civil». Declaración que ha generado malestar entre miembros en retiro de la institución.
En una entrevista con Alerta Noticias Perú, el exjefe de la Diviac defendió su trayectoria y subrayó que la normativa policial reconoce tres situaciones: en actividad, en disponibilidad y en retiro. «Nosotros tenemos el grado y nunca se va a perder», enfatizó Colchado, dejando en claro que su estatus dentro de la PNP no desaparece con el retiro.
Las normas de la institución respaldan su postura. Según la legislación interna, los grados obtenidos en servicio activo son permanentes, independientemente de la situación administrativa en la que se encuentre un oficial. Desde la Policía, diversas fuentes han lamentado las declaraciones de Santiváñez, acusándolo de desconocer principios fundamentales de la institución que lidera.
El enfrentamiento se agudizó luego de que Colchado denunciara en redes sociales que el Ejecutivo intenta desacreditarlo con una nueva investigación en su contra. En su mensaje, criticó duramente al ministro, acusándolo de actuar como abogado del Gobierno en lugar de atender los problemas reales de la seguridad ciudadana.
Por su parte, Santiváñez defendió su postura en RPP, afirmando que la ley establece que los oficiales en retiro se encuentran en la “civilidad”. “Es civil, su categoría es civil y eso lo establece la ley, no el ministro Santiváñez”, sostuvo. Su respuesta no hizo más que avivar la polémica y generar el rechazo de sectores de la PNP.
Colchado, sin embargo, va más allá del debate sobre su grado. En su mensaje, asegura que su salida de la PNP no fue casualidad, sino una consecuencia de su negativa a participar en lo que denominó “la cofradía de los Waykis en la Sombra”, a la que vinculó con actividades irregulares. Afirma que ha sido objeto de 15 investigaciones amañadas y que, aunque puedan cuestionar su ascenso, no podrán arrebatarle su dignidad.
El conflicto entre ambos no parece tener un punto de conciliación cercano. Mientras Colchado defiende su honor y cuestiona la gestión del ministro, Santiváñez mantiene su postura, evidenciando una fractura entre el Ejecutivo y un sector de la Policía. En un escenario de tensión política y cuestionamientos sobre la institucionalidad, este episodio es un reflejo más de la crisis en el país.