Un total de 106 peruanos fueron deportados desde Estados Unidos y arribaron al Grupo Aéreo N.º 8 de la Fuerza Aérea del Perú el jueves 6 de febrero. Tras su llegada, fueron trasladados al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Muchos denunciaron haber sido tratados de manera inhumana durante su detención.

Según testimonios recogidos por Latina, los deportados narraron que fueron esposados de pies y manos, y que las autoridades estadounidenses los consideraban “inmigrantes criminales terroristas”. “Nos trataron muy mal. Es una felicidad abrazar a mi familia”, expresó uno de ellos. Otro afirmó que trabajaba como cocinero cuando fue arrestado y permaneció dos meses encerrado.

Algunos señalaron que sus pertenencias fueron arrojadas a la basura y que no recibieron apoyo del consulado peruano en EE.UU. “No hay embajada, no existe lo que es el consulado. Allá nadie se hace cargo de nosotros”, lamentó uno de los afectados.

El internacionalista Farid Kahhat explicó a Epicentro TV que ninguno de los deportados tenía requisitorias judiciales en su contra. “No hay uno solo que tenga antecedentes por ningún delito. La mayoría ingresó para trabajar”, afirmó. Destacó que, en EE.UU., la entrada irregular es un delito menor, mientras que en Perú solo se considera una falta administrativa.

El canciller Elmer Schialer informó que los repatriados serán inscritos en el Seguro Integral de Salud (SIS), accederán a bolsas de empleo del Ministerio de Trabajo y podrán actualizar su DNI. También se ofreció asistencia a los más vulnerables a través del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP).

Schialer aseguró que su despacho coordinó con diversas entidades para garantizar un proceso de retorno ordenado. Sin embargo, la falta de apoyo consular en EE.UU. y el trato recibido por los migrantes siguen generando indignación.