El viernes 31 de enero, durante la última sesión de Concejo en el distrito de La Joya ocurrió un hecho sin precedentes. Y es que se trató de una sesión por demás accidentada debido a las graves acusaciones que se vertieron entre el alcalde y sus regidores.

Lo más grave es que deja entrever que dentro de la municipalidad, y con participación del burgomaestre, se habrían negociado puestos de trabajo a cambio de favores políticos. Otro aspecto que quedó en evidencia es que al no recibir el respaldo de los concejales Cristian Cuadros decidió tomar represalias contra los empleados presuntamente allegados a sus opositores. Urge la intervención de la Fiscalía y la Contraloría.

El detonante

En la primera parte de la sesión el regidor Camilo Carpio acusó directamente al alcalde Cristian Cuadros de acudir a la sesión en estado de ebriedad. «Esta es una falta de respeto, venir en estado de ebriedad a una sesión de concejo«, se escucha en los videos difundidos en redes sociales. Y pidió a los efectivos policiales presentes que hagan un examen de alcoholemia. Pero los agentes le dijeron que no se estaba cometiendo ningún delito y que se trataba de un tema administrativo.

Esto puso de mal humor al burgomaestre Cristian Cuadros. La sesión transcurrió con la normalidad pero en cada segundo la tensión aumentaba. A su turno, el propio burgomaestre empezó a describir los logros de su gestión, pero un momento a otro empezó a despotricar contra los concejales.

También puedes leer: Menor de cuatro años grave tras ser ultrajada por su tío en la Joya

Amenazas de Cuadros

«Aquí en esta mesa llena de hipocresía, cuando vienen me soban la espalda algunos regidores, me abrazan y me besan. Sin embargo, tienen ahijados y ahijadas (trabajando en la municipalidad). Cuando quiero hacer cambios, me llaman por teléfono para que no los roten. Aquí no voy a defender ni un amante ni queridas ni tampoco ahijados ni parientes. Voy a actuar correctamente», aseveró acalorado Christian Cuadros.

En otro momento de su alocución acusó a esos supuestos parientes y ahijados de los regidores que no cumplen adecuadamente con sus funciones. «En horas de trabajo hay mucha gente que hace lo que le da la gana».

Luego, la autoridad, amenazó a los concejales: «Déjeme trabajar y no me recomienden gente(…). Si yo hablaría, hablaría en esta sesión lo que tiene cada regidor. Por ética y por diplomacia (no lo voy a hacer)».

«Señoras y regidores, estamos trabajando como corresponde y si quieren denunciarme, denúncienme, no tengo miedo alguno, nunca me he corrido, nunca me voy a correr Escúchenme, sus amantes, sus novias, escúchenme. Los voy a cambiar y los voy a rotar», finalizó, para luego levantarse de la mesa para luego empezar a dar la mano a sus funcionarios y simpatizantes presentes en la sala que lo aplaudían tras su intervención.