Nació en Arequipa el 31 de enero de 1820. Desde joven, se dedicó al estudio de la ley, obteniendo el título de Abogado el 15 de diciembre de 1847. A lo largo de su carrera, ocupó importantes cargos en el ámbito judicial, desempeñándose como Vocal en las Cortes de Cajamarca y Trujillo, y como Fiscal en su ciudad natal. Además, fue miembro activo de la Academia Lauretana de Arequipa y de diversas instituciones patrióticas y literarias, siempre comprometido con el progreso y desarrollo social de su entorno.

Con ideas liberales y un profundo amor por la juventud, se ganó el respeto y la admiración de quienes lo conocieron. Su vida estuvo marcada por una incansable dedicación al servicio público y a la cultura. Lamentablemente, falleció el 15 de diciembre de 1878, a los 58 años, como consecuencia de una afección al pecho originada por un naufragio sufrido en el puerto de Mollendo el año anterior.

EL DESTERRADO

A la orilla del Rímac cristalino

Y entre las hojas de un rosal hermoso,

Un ruiseñor cantábale gozoso

Al amor suyo celestial canción

De rama en rama salta a cada trino

Sabe al árbol, repite su gorgeo,

Sacúdece y en dulce devaneo

Al universo exige su atención.

Baja cual rayo y busca entre la tierra

Una semilla que llevar al nido;

Y ufano de placer y estremecido

De su amada en el pico la posó.

Los saltos y trinados multiplica,

El éter vibra con su voz canora,

El mundo corto le parece ahora

Y más aun el ser que no le oyó.

Más su canto suspende en el instante

Al contemplar a un triste pajarillo,

Que en tono melancólico y sencillo

Trinaba entre las ramas de un nogal.

Airado entonces el ruiseñor amante

Mirando interrumpida su alegría,

Al pajarillo, en tierna melodía.