El fraude que sacudió al BBVA en Pucallpa se ejecutó en apenas 48 horas. María Cristina Chávez Palomino, una cajera con un año en la entidad, aprovechó su acceso a cuentas de clientes para desviar más de S/ 300 mil a través de transferencias a terceros.
El esquema comenzó el 21 de enero de 2025. Usando su clave de acceso, ingresó a la cuenta de fondos mutuos de un cliente y realizó operaciones fraudulentas sin su autorización. En total, ejecutó 15 transacciones a cuentas digitales y bancarias de cinco personas. Una vez que el dinero llegaba, los beneficiarios lo retiraban de inmediato.
Al día siguiente, Chávez Palomino intentó abandonar el banco alegando que su madre estaba en cuidados intensivos. Sin embargo, su supervisor le exigió presentar el balance de su caja antes de salir. Fue entonces cuando se descubrió un desbalance de S/ 306 mil, lo que llevó a una revisión interna.
Las cámaras de seguridad revelaron que también intentó ocultar S/ 50 mil en su chaleco. En su poder se hallaron vouchers, comprobantes del BCP y notas con montos transferidos. Pese a la evidencia, negó cualquier delito y aseguró que era víctima de extorsión.
Durante la audiencia de prisión preventiva, la cajera declaró que una red vinculada a criptomonedas la había amenazado para realizar las transferencias. Dijo haber recibido llamadas intimidatorias y afirmó que lloraba en el baño del banco por miedo a represalias.
Pese a su defensa, la jueza Ángela Zamudio Navarro ordenó nueve meses de prisión preventiva mientras se investiga su participación en fraude informático y abuso de sistemas bancarios. La Fiscalía analiza la posibilidad de que existan más involucrados en la operación.
El BBVA ha reforzado sus protocolos de seguridad tras el incidente. Mientras tanto, las autoridades buscan esclarecer si la cajera actuó sola o si detrás de ella hay una red más grande operando en la región.