Los pobladores del sector de La Pampa, en el distrito de Socabaya, protestaron frente al palacio municipal para exigir al alcalde Roberto Muñoz que reactive las obras de saneamiento. Estas obras llevan cinco meses detenidas, dejando a más de 800 familias sin agua potable ni desagüe.
José Llerena, presidente del pueblo joven, advirtió que las zanjas abiertas para instalar las tuberías representan un grave riesgo para la población, especialmente en la temporada de lluvias. También denunció que los residentes carecen de servicios básicos desde 1985 y se ven obligados a usar silos en sus viviendas, lo que afecta significativamente su calidad de vida.
El incumplimiento de las promesas del alcalde ha intensificado la indignación de los vecinos. En diciembre, Muñoz prometió reiniciar los trabajos, pero hasta ahora no ha cumplido con esa promesa. Los pobladores critican la gestión actual, que consideran ineficiente.
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El proyecto, iniciado en mayo de 2024, contaba con un presupuesto de ocho millones de soles y un plazo de ejecución de seis meses. Sin embargo, la obra quedó paralizada en agosto, cuando apenas había alcanzado un avance físico del 50 %. Este abandono dejó inconcluso un proyecto esencial para la comunidad.
La falta de agua potable ha generado problemas de salubridad en el sector del distrito. Estas condiciones dificultan incluso la prestación de servicios básicos como el de Serenazgo. Este abandono evidencia una deficiencia estructural en la gestión pública que afecta a los pobladores.
Los vecinos anunciaron que mantendrán sus protestas hasta que la Municipalidad de Socabaya reinicie la obra. “Esta lucha no es solo por nosotros, sino por las generaciones futuras”, afirmó Llerena, quien pidió a las autoridades que prioricen este problema antes de que sea demasiado tarde.
Además, los residentes denunciaron que, por la falta de un sistema de desagüe, diversas calles del distrito se inundan con aguas residuales. Estas aguas terminan en quebradas y canales de riego que abastecen algunas chacras de la campiña de Socabaya. Esto representa un grave riesgo para la salud pública, ya que los productos contaminados llegan a distintos mercados de Arequipa, afectando a toda la población.