La comunidad minera de Secocha, en Mariano Nicolás Valcárcel, provincia de Camaná, enfrenta una grave crisis de seguridad. Los dirigentes de la Asociación de Pequeños Productores Mineros Artesanales y Contratistas Secocha-Urasqui denunciaron haber recibido amenazas tras expulsar a 16 personas, seis de ellas extranjeras, por disturbios. Los intimidadores los presionan con mensajes y llamadas, advirtiendo que tomarán represalias contra ellos y sus familias.
Vania Bobadilla, representante de la asociación, indicó que si continúan con las rondas vecinales atentarán contra sus vidas. A pesar del peligro, los dirigentes no han presentado denuncias porque están convencidos de que las autoridades locales no actuarán.
La precariedad de la seguridad pública complica aún más la situación. Con apenas cinco efectivos, la comisaría de Urasqui no puede atender a los cerca de 5 mil habitantes del sector, según Bobadilla. Mientras los ciudadanos sufren constantes robos a mano armada, los dirigentes buscan reforzar la protección con personal de seguridad privada.
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Desde el 17 de diciembre, los miembros de las rondas comunitarias desterraron del centro minero a seis extranjeros y diez peruanos. Identificaron a estas personas en flagrancia o sin arraigo que justificara su estadía y las expulsaron para intentar recuperar la tranquilidad. Sin embargo, esta acción incrementó actitudes xenófobas que perjudican incluso a familias no vinculadas a delitos.
Anteriormente, los pobladores de la zona realizaron una reunión en la que discutieron la creación de un campamento minero seguro, organizado y limpio. En la zona, existe un acuerdo reciente que establece una multa para quienes ofrezcan trabajo, alquilen viviendas o proporcionen alojamiento a los extranjeros.
No obstante, Secocha continúa luchando contra la delincuencia en un ambiente de desconfianza hacia las autoridades y sin alternativas efectivas. La falta de acción gubernamental obliga a los ciudadanos a recurrir a medidas extremas para salvaguardar su integridad en este sector de Secocha.