Nilo Lino Francisco Burga Malca, presidente de Frigoinca, fue hallado sin vida el 25 de diciembre en un hotel en Magdalena, Lima. Según el certificado de necropsia, murió debido a un shock hipovolémico provocado por heridas en la región cervical y el pecho, causadas por un arma blanca. Junto a su cuerpo encontraron dos cuchillos, lo que avivó las dudas sobre las circunstancias de su muerte.

El empresario se hospedó en el hotel ‘Luz y Luna’ esa noche y habría esperado a su amigo, Martín Julio Villalón Deliot. Este alertó al personal tras no obtener respuesta de la habitación 301. Al ingresar con un duplicado, descubrieron el cadáver de Burga y notificaron a las autoridades. La escena del crimen y la presencia de las armas sugieren que las circunstancias de su muerte aún están sin esclarecer, dejando abierta la posibilidad de un suicidio o un asesinato.

Nilo Burga dirigía una empresa involucrada en presuntos actos de corrupción relacionados con el programa social Qali Warma. La Fiscalía lo investigaba como supuesto líder de una red criminal que sobornaba a funcionarios para ganar licitaciones, lo que derivó en la distribución de conservas en mal estado a escolares. Apenas días antes, el Ministerio Público allanó su vivienda y las de otros investigados.

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Investigación abierta

El abogado de Burga, César Eucástegui, reveló que su cliente habría dejado un documento escrito antes de su muerte. Sin embargo, Eucástegui señaló que el texto podría haber sido redactado por otra persona y firmado por el empresario. Este hecho añade un nuevo elemento al misterio. La Fiscalía está evaluando el contenido de esta carta como parte de sus investigaciones.

La hipótesis de un suicidio resulta cuestionable debido a las múltiples heridas en el cuerpo de Burga, lo que sugiere la posibilidad de un homicidio. No obstante, el contexto de las investigaciones por corrupción y el impacto mediático del caso podrían haber generado una presión insostenible que lo habría llevado al extremo.

La muerte de Burga ocurre en un momento crítico, dada la controversia sobre la integridad de programas sociales como Qali Warma. Su fallecimiento deja sin respuestas interrogantes clave sobre la red de corrupción y las responsabilidades compartidas entre empresarios y funcionarios públicos.