En vísperas de Navidad, el cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, ofreció un mensaje de esperanza y reflexión a los peruanos. Destacó que esta celebración trasciende lo religioso y recordó la novedad histórica del nacimiento de Jesús como un dios que se hace humano.

El cardenal Castillo invitó a los fieles a soñar con un mundo positivo y a reflexionar sobre el servicio como la esencia de la vida. “Que sea un momento de recogimiento y de consideración de la grandeza de este día”, afirmó. También instó a la unidad y al compromiso mutuo en tiempos difíciles.

Durante su intervención, Castillo vinculó el espíritu navideño con los desafíos actuales del país. Señaló que la crisis educativa es un factor central en los problemas sociales. Y criticó el descuido en la formación humana, que va más allá de lo doctrinal. Según el arzobispo, esta situación representa una deuda histórica que perjudica a las generaciones actuales.

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El arzobispo reflexionó además sobre el impacto de la ambición desmedida en la política y la sociedad. “La ambición de dinero está detrás de esta debacle”, sostuvo, y señaló a los intereses mezquinos y mafiosos como factores que deshumanizan y destruyen a quienes los persiguen.

Aunque lanzó fuertes críticas, el cardenal evitó acusar directamente a responsables, destacando que no busca hacer denuncias sin pruebas. Sin embargo, subrayó la urgencia de reconstruir el tejido social mediante la educación, el servicio y los valores éticos, pilares fundamentales que el país necesita reforzar.

Castillo hizo un llamado a los peruanos para convertir la Navidad en una oportunidad de transformación más que en una simple festividad. Señaló que la solidaridad y el compromiso con el bienestar colectivo deben ser centrales para enfrentar los retos actuales.

El mensaje del cardenal cobra especial relevancia en un contexto de polarización y crisis. Su invitación a reflexionar sobre los valores esenciales de la Navidad puede servir como un punto de partida para construir una sociedad más justa y solidaria.