El Congreso de la República aprobó el 11 de diciembre una norma que incorpora a los ingenieros alimentarios y afines como profesionales de la salud, modificando la Ley 23536. Esta decisión busca enfrentar los riesgos en la vigilancia sanitaria, la certificación y la fiscalización de alimentos en programas sociales como Qali Warma. Según Jaime Ruiz Béjar, integrante del Consejo Nacional del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), la medida responde a la necesidad de expertos capaces de inspeccionar los procesos productivos de alimentos.
“Toda inspección sanitaria debe efectuarse a través de los profesionales debidamente
capacitados y acreditados” afirmó Ruiz Béjar. Destacó que la norma surge tras identificar riesgos de contaminación en los alimentos distribuidos por programas sociales. Esta aprobación se dio pese a la oposición de gremios como el Colegio de Nutricionistas y el Ministerio de Salud.
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Los proyectos de ley 2156/2021-CR y 5358/2022-CR, cuya aprobación dio lugar a esta norma, no solo reconocen el papel de los ingenieros alimentarios. Sino también el de los ingenieros en industrias alimentarias y agroindustriales. Este avance permitirá garantizar la calidad e inocuidad de los alimentos que miles de beneficiarios reciben en programas estatales.
El congresista Luis Picón Quedo, presidente de la Comisión de Salud y Población, afirmó que estos profesionales llevan a cabo diversas labores vinculadas seguridad alimentaria. También se encargan de la supervisión de la salud ambiental, entre otras áreas.
El CIP resaltó logros similares en el campo de la ingeniería zootecnista. En 2023, un Decreto Supremo modificó el Reglamento Sanitario para la Producción y Comercialización de Material Genético de Animales de Producción. Se otorgó a estos profesionales responsabilidades clave en la supervisión de procesos relacionados con la calidad del ganado.
Ruiz Béjar subrayó que los ingenieros zootecnistas producen de manera sostenible y eficiente, mejorando la calidad de productos animales como leche y carne, sin comprometer los recursos naturales ni el medio ambiente. Este precedente refuerza la confianza en los ingenieros como garantes de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad.