Desde el 23 de octubre del presente año, el centro de salud de Alto Inclán, ubicado en Mollendo, fue categorizado como establecimiento I-4, debido al supuesto mejoramiento de su infraestructura y equipos médicos. Sin embargo, la situación no es tan eficiente. Sucede que el Consejo Regional de Arequipa encontró una serie de deficiencias dentro del nosocomio. Esto a través del informe de fiscalización Nº 20-2024-GRA/CR que se presentará este martes en el pleno regional.

Entre las limitaciones operativas se advierte el déficit de personal especializado para realizar intervenciones quirúrgicas, ambulancias fuera de servicio, falta de licencia IPEM (permiso para trabajar con material radioactivo) para el equipo de rayos X, banco de sangre inexistente, entre otros aspectos. Esto limita su funcionalidad y la capacidad de respuesta inmediata a la población de Mollendo y el resto de la población de la provincia de Islay.

Un grave problema, si tomamos en cuenta que en julio del año pasado el gobernador Rohel Sánchez inauguró el nosocomio con bombos y platillos. Pero no tomaron en cuenta esta serias deficiencias. El hospital prácticamente es otro puesto de salud como muchos.

Las conclusiones del informe de fiscalización que se presenta hoy en el Consejo Regional.

Sin ambulancias 

Uno de los principales aspectos negativos del hospital de Alto Inclán recae sobre sus ambulancias. Se encuentran completamente inoperativas. Durante la visita al sanatorio, los consejeros Fernando Cornejo Pacheco y Juan Carlos Huanca Molero encontraron que una unidad vehicular se encuentra siniestrada debido a un accidente causado por la negligencia del conductor, mientras que la segunda presenta una avería en la caja de cambios.

Esta situación deja al hospital sin vehículos para trasladar y atender pacientes críticos. Ello representa un riesgo significativo para los usuarios de salud que dependen de una intervención o traslado de inmediato y también debilita la eficiencia del nosocomio. Hay que recalcar que, solo se asignaron dos ambulancias para este establecimiento. Ambas están fuera de servicio. 

“Resulta urgente no solo reparar y recuperar las unidades existentes, sino también revisar y fortalecer los protocolos de manejo vehicular y capacitación de personal asignado a estas funciones, para asegurar un servicio de traslado médico seguro y confiable”, se desprende del informe de fiscalización. 

El presidente del Consejo Regional, Fernando Cornejo, encontró las dos ambulancias malogradas.

Déficit de personal y equipos 

La falta de personal también representa uno de los principales obstáculos en dicha jurisdicción. Y es que el hospital cuenta con dos anestesiólogos, quienes actualmente están asignados al servicio de terapia de dolor. Esto porque no pueden realizar intervenciones quirúrgicas por la falta de un banco de sangre y personal especializado, como patólogos y hematólogos. La carencia de estos profesionales limita la capacidad del hospital para llevar a cabo operaciones de todo tipo, incluyendo cesáreas

Los consejeros también constataron que en el área de Laboratorio e Imagenología existen deficiencias operativas. Si bien el hospital cuenta con un equipo de rayos X, su uso depende de una licencia IPEM, que sigue pendiente. Sucede que la Gerencia Regional de Salud (Geresa) aún no remitió dicho permiso de control de calidad.

Cuando Rohel Sánchez inauguró el nosocomio no tomó en cuenta todo lo que faltaba.

Además, otros aparatos médicos presentan fallas técnicas. Y aunque se solicitó a la Geresa una evaluación y reparación de los mismos, las solicitudes no fueron atendidas hasta la fecha. Durante la fiscalización realizada también se identificó un problema crítico en la gestión de imágenes diagnósticas en el hospital, derivado de la falta de acceso al sistema de almacenamiento de imágenes. Esto ocurre porque la institución no dispone de las claves necesarias para acceder al puerto LAN.

Desde el punto de vista administrativo, se subrayó la importancia de que el hospital sea reconocido como una unidad ejecutora. Este estatus otorgaría mayor autonomía en la toma de decisiones. Al mismo tiempo facilitaría una respuesta rápida ante necesidades operativas urgentes, como la contratación de personal especializado y la adquisición de equipos y suministros esenciales para garantizar una atención médica adecuada.