Por: Omar J. Candia Aguilar
ocandia@unsa.edu.pe
«Se confunde a menudo multipartidismo y ausencia de partidos. Un país donde la opinión se divide en grupos numerosos, pero inevitables, efímeros, fluidos, no corresponde a la noción verdadera de multipartidismo. Se sitúa en la prehistoria de los partidos; se coloca en una fase de evolución general en la que la distinción del bipartidismo y el multipartidismo no se aplica todavía,
porque no hay aún partidos verdaderos».
Maurice Duverger
Actualmente en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) que custodia el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) observamos que existen 39 partidos inscritos, y 29 partidos en proceso de inscripción; es decir, de lograr éstos últimos su inscripción tendríamos a lo menos formalmente 68 partidos políticos; claro está, que no estamos considerando a los movimientos regionales, ni las organizaciones políticas de alcance local. Lógicamente, con esta cantidad, diversidad y/o pluralidad exorbitante de organizaciones políticas no podemos hablar de un sistema competitivo multipartidista de partidos políticos, donde por lo general interactúan 4 ó 6 partidos (con igual o similar presencia partidaria); sino de la ausencia de verdaderos partidos y de sus sistemas de articulación.
Lo que ha venido existiendo en el Perú, son pequeños grupos de amigos, o clubes electorales sin mayor trascendencia en la historia (con algunas excepciones), y en algunos casos partidos políticos unipersonales o familiares, utilizados para exigir una cuota de poder en la sociedad; los mismos, que no han permitido que podamos, en más de doscientos años de fundación de la república, consolidar un verdadero sistema competitivo de partidos políticos.
El profesor Eduardo Andrade, nos enseña que para que podamos hablar de partido político, tenemos que por lo menos considerar los siguientes requisitos: “permanencia histórica, pretender gobernar o participar en el gobierno, y organización nacional”, pudiéndole agregar, el “compartir principios y convicciones ideológicas”. De una brevísima observación de los partidos inscritos en el ROP, sólo 3 de ellos (APRA, AP y PPC) tienen un nivel de permanencia histórica de más de cuatro décadas; 3 ó 4 de los referidos partidos presentan una vida orgánica nacional; y un número similar cuenta con una concepción ideológica del país y del mundo. Sin embargo, los dos candidatos presidenciales con mayor respaldo electoral -momentáneamente y según diversas encuestas publicadas- pertenecen a partidos nuevísimos o relativamente nuevos y que probablemente no se encuadren dentro de los requisitos de partido estudiado.
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No podemos negar, que en los últimos años se han dado reformas electorales importantes como la barrera electoral, la ley de cuotas de jóvenes, mujeres, comunidades o pueblos originarios, etc.; sin embargo, es necesario manifestar que en el actual Congreso de la República se han venido gestando contrarreformas que eventualmente podrían debilitar la consolidación de un verdadero sistema de partidos políticos.