La zapatera Rosario Peredo fábrica calzado para cualquier ocasión o compromiso familiar. Sus productos, elaborados en puro cuero, tienen un legado familiar de generaciones. Y hoy se venden en ferias arequipeñas.

Todos los días y desde hace más de 30 años, el intenso olor a cuero se respira en el taller de Rosario Peredo, ubicado en el distrito de Chiguata. Allí se fabrica una amplía gama de zapatos y zapatillas para hombres y mujeres. Un negocio familiar que intenta abrirse paso dentro del agitado ritmo de la moda urbana y de etiqueta. 

La fundadora de Calzado Sandro’s , Rosario Peredo, es una mujer que lleva en su sangre el oficio ancestral de los zapateros. Desde que era una adolescente de 14 años, aprendió los secretos de este oficio heredado por sus padres y abuelos. A su corta edad ya seleccionaba los mejores cueros característicos por su suavidad, calibre, olor y textura. Como una verdadera maestra de este arte. 

Aquel amor por el cuero la llevó, con el paso de los años, a fundar su propia empresa. Calzado Sandro’s, está especializada en la fabricación de zapatillas deportivas y zapatos de vestir, todo hecho en un 100 % de cuero genuino. Durante sus primeros años emprendiendo, se dedicó a los zapatos para niños, una opción más accesible y con menores costos de producción. Pero el alma de Rosario no se conformaba con eso, pronto incursionó en la gama para adultos, hombres y mujeres.

Desde muy joven Rosario aprendió a reconocer la calidad del cuero para elaborar zapatos.

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Compiten con calidad

El camino no ha sido fácil. El mercado está saturado de zapatos importados, especialmente los chinos, cuya única virtud es su bajo precio. Rosario sabe que la calidad no se mide solo en números. «El cuero no transpira, no quema, no toma mal olor», dice con firmeza, mientras mira con orgullo sus productos. Porque a diferencia de los zapatos sintéticos que prometen un bajo costo, el cuero, como el buen vino, mejora con el tiempo.

“Tenemos mano de obra calificada y buenos materiales. Eso se refleja en nuestros productos. El (calzado) sintético suda demasiado, se malogra y se cuartea muy rápido. En cambio, el cuero perdura por muchos años. Por eso creemos firmemente en la calidad”, cuenta la empresaria. 

Los zapatos que confecciona son de cuerpo legítimo y no hacen sudar ni se cuartean.

En Calzado Sandro’s, cada par de zapatos son una pieza que lleva consigo una promesa de durabilidad. Y eso es un lujo que pocos están dispuestos a sacrificar. «La calidad no se reemplaza», repite. Y mientras los zapatos baratos invaden los estantes, Rosario resiste como un bastión de tradición, donde cada par es el reflejo de un legado familiar que se niega a desaparecer.

El negocio de Rosario logró expandir su presencia en las ferias de Arequipa, llevando su calzado a un público que empieza a valorar la diferencia entre lo hecho a mano y de lo producido en masa. Aunque aún no cuentan con una tienda física, su taller logra, poco a poco, posicionarse como un referente de calidad. 

Por lo pronto acude a las ferias que se organizan, pero espera pronto abrir su local propio.

Persigue su sueño 

El sueño que tuvo desde niña sigue aún vivo. En su corazón arde el deseo de abrir una tienda propia, un lugar donde los clientes puedan conocer, de cerca, el proceso que convierte el cuero en un zapato único. Es una apuesta arriesgada, pero Rosario sabe que el esfuerzo valdrá la pena, porque lo que realmente importa no es solo vender, sino ofrecer algo que perdure.

“El negocio está bajo por la competencia. Ahora vendo en las ferias que se realizan en algunos distritos. Queremos entrar más con nuestra marca para sobresalir y abrir una tienda física en Arequipa”, concluye Rosario Peredo mientras acomoda sus productos en la Feria del Emprendedor Puñeno, en la Plaza España. Ahí estará hasta el 3 de diciembre. 

Calzado Sandro’s es una empresa y un reflejo de la pasión de una mujer que, desde joven, aprendió a darle forma al cuero con el mismo amor con el que se cuida una tradición. Cada zapato que sale de su taller tiene la huella de la tradición familiar. Su calzado sigue siendo un testimonio de que la calidad, el trabajo bien hecho y el respeto por lo auténtico son valores que siempre encontrarán su lugar. Y mientras sus zapatos siguen caminando, el legado de la familia Peredo continuará pisando fuerte dejando huellas imborrables.