La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) acepta una "donación" de vagones y locomotoras de la empresa Caltrain, pero los altos costos de traslado y la falta de presupuesto generan dudas sobre su viabilidad.
El Concejo Metropolitano de Lima aprobó que el alcalde Rafael López Aliaga gestione la donación de vagones y locomotoras de la empresa estadounidense Caltrain para implementar un sistema de tren entre Lima Este y Lima Centro. Aunque la donación se valoriza en más de 7 millones de dólares, los costos totales superarán los $ 24 millones, principalmente por transporte.
La flota donada consiste en 20 locomotoras y 93 vagones fabricados entre 1985 y 2000, reacondicionados hace más de dos décadas. Su traslado desde Estados Unidos a Lima costará aproximadamente $ 17 millones, lo que ha suscitado críticas sobre el verdadero beneficio de aceptar equipos considerados obsoletos en su lugar de origen.
La Municipalidad de Lima justifica la inversión argumentando que el tren beneficiará a 806 mil personas al conectar Desamparados con Chosica. Entre los beneficios proyectados destacan la reducción de congestión vehicular y contaminación, así como la generación de empleo. Sin embargo, los críticos cuestionan si estos resultados compensan la magnitud del gasto.
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Falta de presupuesto
Además, la MML reconoce que no cuenta con presupuesto suficiente para cubrir los costos. La solución planteada es realizar modificaciones presupuestales en 2025, lo que podría comprometer recursos destinados a proyectos en ejecución. Esto plantea interrogantes sobre la planificación financiera de la gestión actual.
Otro punto polémico es la rápida aprobación del proyecto. En menos de diez días, la donación fue evaluada y autorizada. Este procedimiento exprés ha generado suspicacias, considerando la magnitud de la inversión y la urgencia que otras áreas de la ciudad requieren.
Aunque la propuesta busca aliviar la crisis de transporte en Lima, la falta de claridad en el financiamiento y la viabilidad técnica de los trenes reacondicionados siembra dudas. El reto de la Municipalidad de Lima será demostrar que esta inversión puede traducirse en mejoras tangibles para la ciudadanía y no en otro gasto cuestionable.