Graffiti Político: Chancay, peligro chino

Por Augusto Santillana, abogado y analista político

China, es el país que lidera las inversiones en Perú con mayor incidencia en los sectores estratégicos  como minería, electricidad, telecomunicaciones, finanzas, pesca y construcción, con un total de inversiones que supera los US$ 31.000 millones. Inversión que se realiza a través de sus empresas, entre ellas, Las Bambas MMG, Chinalco, Enel, Cosco Shipping. 

Ahora con la construcción y pronto funcionamiento del Megapuerto de Chancay, al parecer se completa el plan chino de asegurar toda la cadena de suministro para el ingreso y salida de mercancías de diversa índole solo a decisión de la alta dirección del gobierno chino. Pues, el puerto de Chancay no solo desarrollará actividades en el sector comercial; sino que podría contribuir a su soñado predominio geopolítico desarrollando encubiertamente, operaciones militares. 

El nuevo orden mundial, por un lado, EE.UU. y la OTAN y por el otro, China y los países del BRICS, alineados con Rusia, India, Korea del Norte, Sudáfrica, Brasil, que se debaten en una permanente lucha por la hegemonía mundial, colocan al Perú, con el puerto de Chancay, como la puerta de un gran centro logístico para los intereses de la potencia oriental. Las empresas chinas, tienen capitales estatales, gozan de subsidios y son controladas por el gobierno chino y el operador del puerto de Chancay, COSCO SHIPPING, es empresa estatal china. 

Con el triunfo de Donald Trump, como presidente electo de EE.UU, el panorama mundial ha virado de rumbo y otorga nuevas dimensiones estratégicas y políticas a la alianza entre el gobierno peruano y China. El investigador Robert Evan Ellis, del Instituto de Estudios Estratégicos del Ejército de Estados Unidos, experto en relaciones de América Latina con potencias extranjeras, publicó un reciente artículo para la Red China & América Latina (RedCAEM) resaltando los peligros de Perú a una semana de inaugurar el Megapuerto de Chancay, la obra cúspide de la alianza entre el país y China.

La influencia de las inversiones chinas podría obligar a Perú a permitir operaciones militares en el puerto, lo que elevaría las tensiones y comprometería la soberanía nacional. Con una presidenta como Dina Boluarte cuya legitimidad se ve cuestionada por un 5% de aprobación de su mandato: “En tiempos de paz, un futuro gobierno peruano tendría mucha dificultad en negar a Cosco permiso para recibir buques de la Armada del EPL (Ejército Popular de Liberación) en su puerto”. Mientras, “en tiempos de guerra, la capacidad de la empresa para recibir y enviar carga militar, y reabastecer al EPL con buques militares de la Armada, podría verse facilitada por una crisis política en Perú, en la que el control del gobierno es incierto”.

La permanente crisis política y social en la que se envuelve el Perú hace más de dos décadas, por actos de gran corrupción partiendo desde sus mandatarios, sentenciados y por sentenciar; la maniobra política de los congresistas para hacer mal uso de las atribuciones legislativas en provecho propio o de terceros con interés han originado que nuestras instituciones más representativas y que nos dotan de legitimidad en el escenario mundial, estén hoy muy debilitadas al haber perdido su rol en bien del interés nacional como pilares de un país con soberanía. Esto podría ser mal aprovechado por potencias que nos ven como una colonia para sus fines económicos y políticos, que nos resta independencia y autoridad para tomar nuestras propias decisiones. En una proyección a futuro, es urgente recuperar el orden institucional y la defensa de un Estado de Derecho para ser de verdad, libres y decisores de nuestro destino.