Un hombre iraní relacionado con la Guardia Revolucionaria planeó asesinar a Donald Trump durante su campaña electoral, según una denuncia del Departamento de Justicia. La Fiscalía detalla los constantes intentos de Irán por atentar contra exfuncionarios estadounidenses.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a un hombre presuntamente vinculado al régimen iraní de conspirar para asesinar a Donald Trump durante su campaña electoral. Las autoridades identificaron al acusado como Farhad Shakeri, quien habría recibido órdenes de un funcionario de la Guardia Revolucionaria de Irán para vigilar y, eventualmente, ejecutar el asesinato. Según la denuncia, este complot marca el tercer intento reciente de acabar con la vida del expresidente.
Los investigadores recibieron información sobre este plan directamente de Shakeri. Admitió tener conexiones con agentes iraníes y detalló una red de asociados involucrados en el operativo. Al parecer, un contacto de la Guardia Revolucionaria le pidió que preparara un plan de ataque en un plazo de siete días. En caso de no cumplir con el plazo, el complot se suspendería hasta el final de las elecciones, con la esperanza de que Trump perdiera y fuera más vulnerable.
A pesar de esta instrucción, Shakeri sigue prófugo en Irán. Según la Fiscalía, las autoridades arrestaron a otros dos hombres, también supuestamente reclutados para atentar contra figuras públicas, en un operativo reciente. Entre las víctimas potenciales estaba una reconocida periodista iraní-estadounidense, quien ya había recibido amenazas por su activismo. El secretario de Justicia, Merrick Garland, calificó a Irán como una de las amenazas más serias para la seguridad nacional estadounidense en un comunicado oficial.
Este complot reciente es solo uno de los intentos denunciados por el FBI para atentar contra Trump. En septiembre, durante un evento de golf en West Palm Beach, Florida, un hombre intentó asesinar al expresidente. Las autoridades arrestaron al sospechoso después de encontrarlo con un rifle cerca de la cancha, en lo que las autoridades consideran un «atentado frustrado». El detenido, un estadounidense de 58 años, había expresado críticas públicas hacia Trump en redes sociales.
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Meses antes, Donald Trump enfrentó otro intento de asesinato durante un mitin en Pensilvania. En medio de su discurso, se escucharon disparos, lo que causó confusión entre los asistentes. Aunque sufrió una herida leve, el Servicio Secreto intervino rápidamente para evitar una tragedia mayor. Las imágenes de ese momento revelaron la gravedad de la situación y la tensión del equipo de seguridad.
Estos ataques evidencian la creciente preocupación de las autoridades estadounidenses por la seguridad de Trump. El Departamento de Justicia intensificó las medidas de seguridad en torno a él y a otros exfuncionarios, quienes también han sido amenazados por sus posturas contra Irán. Desde la Casa Blanca hasta las agencias de inteligencia, se espera una respuesta firme ante estos intentos, que reflejan las tensiones con el régimen de Teherán.