Escribe Augusto Santillana / Abogado y analista político
El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), establecido en noviembre de 1989, es un foro económico compuesto por 21 economías del Asia-Pacífico, considerada la región más dinámica del mundo.
APEC fomenta el crecimiento económico de calidad entre sus miembros, a través de la cooperación económica y técnica, la seguridad humana, el comercio, las inversiones, la economía digital, la inclusión económica y el apoyo a iniciativas para mejorar las políticas públicas sectoriales, entre otras iniciativas.
Sucede que este año, en la segunda semana de noviembre, el Perú será sede de APEC 2024. Se espera la visita del Presidente de EE.UU, Joseph Biden y del Presidente Chino, Xi Xinping, conjuntamente con los líderes de las 21 economías integrantes del Foro. La anfitriona a atender a tan ilustres e importantes personajes, es la presidenta Dina Boluarte, quien viene atravesando el momento más crítico de su mandato. Un país en “cuidados intensivos” por la desbordada violencia generada por la delincuencia más organizada. Los sistemas de justicia desarmados para contener a través de la aplicación de la Ley a los principales cabecillas y sus secuaces más renombrados, por la dación de la ley 32108, que el Congreso se niega a derogar y que sustrae del ámbito criminal a varias figuras delictivas que ya no pueden ser sancionadas con la severidad que corresponde.
Los transportistas han señalado que van a boicotear la realización del APEC y que impedirán que se realicen las reuniones programadas con este objeto. Al no obtener los resultados esperados del Gobierno con la paralización del pasado 23 de octubre, ahora, han anunciado que el paro será indefinido si Dina Boluarte no es vacada del cargo por incapacidad moral para seguir al frente del gobierno y sin el respaldo de la ciudadanía, con apenas un 3% de aprobación.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos, acaba de emitir este viernes una alerta de seguridad donde recomendó a sus ciudadanos en Lima «estar atentos a su entorno y adoptar medidas de seguridad». La razón para dar este aviso se debe al incremento de la violencia y caos que ocurre en Lima capital. Y como sabemos quien decide la agenda internacional en relación optar por lo bueno o malo en un determinado país, es EE.UU.
Estamos cosechando lo que el Congreso en pared con el Ejecutivo han sembrado: la fruta malograda y el alimento rancio. Gracias a ellos hemos llegado a este escenario tan negativo para el Perú. Es de seguro que nuestra economía va a resentirse pues, al dar esa pésima imagen al mundo, se retraerá aún más las inversiones, bajarán los índices de exportación de nuestros productos más emblemáticos y el sector turismo, seguro será el más afectado al reducirse la demanda de turistas extranjeros que son los que más gastan en sus viajes con el beneficio que ello genera en las poblaciones más necesitadas de ingresos: las regiones del interior del país.
Si no se hacen cambios a nivel del Gobierno y/o un examen de conciencia en nuestros parlamentarios pensando en el futuro de las generaciones venideras para propiciar una solución de raíz; el daño que nos está causando este gobierno siamés será muy difícil de remediar. Es hora, que todas las autoridades a nivel nacional en todos los niveles, hagan sentir su voz de rechazo a estas componendas y recuperar la escasa posibilidad de reorientar con firmeza un cambio de timón.