El magnate da dinero en los estados clave a cambio de que la gente se registre para votar. La ley prohíbe los pagos y sorteos por registrarse para votar, pero el multimillonario rifa el dinero entre los que firmen una petición.
Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha intensificado su apoyo a Donald Trump en la campaña presidencial de 2024. En Pensilvania, un estado clave, Musk da discursos casi a diario pidiendo el voto por el expresidente y ha incrementado sus publicaciones en la red social X, donde cuestiona la integridad del proceso electoral.
Una de las tácticas más polémicas de Musk consiste en sortear dinero entre los votantes que firman una petición en su Comité de Acción Política (PAC) «America». Ya ha entregado dos pagos de un millón de dólares y ha prometido continuar hasta las elecciones del 5 de noviembre. Los votantes deben firmar una petición en defensa de la primera y segunda enmienda de la Constitución para participar.
Elon Musk también ofrece 47 dólares a quienes firman la petición desde uno de los siete estados clave y la comparten con otro «probable votante republicano». Esta estrategia, que busca fomentar el registro y la votación anticipada, genera fuertes críticas legales. Ofrecer incentivos materiales a cambio de votos es ilegal en Estados Unidos.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, ha expresado su preocupación por la legalidad de estas acciones. Shapiro cuestiona cómo fluye el dinero hacia los ciudadanos y las implicaciones legales del esquema. Otros expertos legales, como Rick Hasen, coinciden en que el sorteo de Musk infringe la ley, pues se dirige específicamente a votantes registrados en estados clave.
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Trump responde
Donald Trump se desmarcó del sorteo de dinero. Sin embargo, elogió al multimillonario, a quien considera un gran amigo y aliado, destacando su impacto positivo para el país. Musk se beneficiaría directamente de las políticas fiscales que Trump ha propuesto, las cuales buscan reducir los impuestos a los ricos.
Además, Trump ha prometido a Musk un puesto en su próxima administración, donde lideraría una comisión encargada de auditar las agencias federales y proponer reformas drásticas para recortar el gasto público. Esta medida podría favorecer aún más los intereses empresariales de Musk, quien ya enfrenta al menos 20 investigaciones regulatorias en los últimos años.
A pesar de estar bajo escrutinio por posibles delitos electorales, Musk sigue difundiendo teorías conspirativas sobre el sistema electoral. En un reciente discurso en Pensilvania, repitió afirmaciones infundadas sobre la integridad del voto por correo y las máquinas de recuento, contribuyendo a la desinformación en un ambiente electoral ya polarizado.